jueves, 23 de abril de 2015

PRIMERA RUTA TURÍSTICA DE LOS “CHOLETS”


La Alcaldía de Alto realizará un primer recorrido turístico con la temática de la arquitectura alteña. La propuesta incluye guías de amautas que brindarán explicaciones sobre el significado de los colores y la simbología. Así lo anunció el jefe de la unidad municipal de Promoción Turística, Diego del Carpio, quien agregó que al evento solo podrá asistir un número limitado de 34 personas a las que se las llevará por el recorrido en un bus desde las 08.00 del sábado.

Del Carpio explicó que partirán de la plaza Juana Azurduy de la zona Villa Dolores y el recorrido concluirá a las 12.00. "Vamos a visitar infraestructuras externas y se podrán ingresar a dos de ellas".

Dentro del recorrido se ha contemplado visitar viviendas cerca del terreno de la nueva terminal de buses de la urbe, en Villa Bolívar D, otra en la carretera a Viacha o avenida Ladislao Cabrera, en el local Don Vico; otras ubicadas en la avenida Bolivia, el edificio del Colegio de Arquitectos, museo Antonio Paredes Candia y el mirador Virgen Blanca.  "Estas infraestructuras que se visitarán, hablamos de los “cholets”, se hallan en los distritos 1, 6, 8 y 12, y ahora vemos que se está creando en el Distrito 4", agregó.

Asimismo, dijo que para la explicación relacionada con los colores, arquitectura, aspectos socioeconómicos y antropológicos se hará cargo una persona especializada en el tema; y en lo que respecta a la simbología, un amauta dará las explicaciones a los visitantes.

Estudio. Para crear una ruta turística, Del Carpio aseguró que se hicieron estudios cronológicos sobre la arquitectura en El Alto. De acuerdo con el funcionario, los estudios efectuados se basan en las primeras edificaciones que se hicieron en la ciudad.

"Hablamos de una choza hecha de adobe, sobre un terreno de 300 metros cuadrados; como ejemplo, el alteño o lugareño utilizaba un 20% del total de la tierra para hacer una vivienda unipersonal, cocina, dormitorio, sala y el resto para cultivar, ganadería o reunirse en familia".
Al paso de los años, la gente decide colocar a su infraestructura una fachada de yeso, luego un primer piso de material mezclado entre adobe y ladrillo, posteriormente una fachada con cemento y pintura más llamativa. "Luego ya usaban algunas iconografías, y colores provincianos, luego se pusieron de moda los vidrios reflectantes", acotó. Por último, Del Carpio dijo que los alteños decidieron contratar arquitectos y surgen los "cholets".

Identificaron 170 'cholets' construidos en El Alto

El jefe municipal de Promoción Económica de El Alto, Diego del Carpio, dijo que esta unidad logró identificar y cuantificar un total de 170 "cholets" en la ciudad de El Alto.  "De ellos el 70%, unos 120, fueron creados y diseñados por Freddy Mamani Silvestre, uno de los precursores de esta infraestructura", indicó.

Estas edificaciones en su mayoría pertenecen a comerciantes que buscan vivir en una construcción con características de un chalet, pero que no abandonan su naturaleza comercial, pues en las plantas inferiores del inmueble instalan tiendas de todo tipo de actividad económica.

Las viviendas tienen entre tres y cinco plantas y en algunos casos superan esta altura. Algunos los denominaron "arquitectura chola", porque los colores de la vestimenta tradicional de la mujer de pollera se plasmaron en las fachadas de las casas. La simbología andina también es un elemento preferido en estas construcciones.

Fuente: La Razón / Miguel Rivas / 22 de abril de 2015


miércoles, 22 de abril de 2015

X FERIA DEL LIBRO EN EL ALTO


La Alcaldía y la Asociación de Libreros de El Alto organizan la décima Feria Internacional del Libro, que se inicia hoy y estará abierta hasta el 25 de abril en la Ceja. La directora edil de Cultura, Prima Quispe, explicó que la feria tendrá al menos 50 expositores que se ubicarán detrás de las oficinas de la Central Obrera Regional (COR). “Se presentarán varias obras de autores, no solo nacionales, sino a nivel latinoamericano y de otros continentes”, precisó.

Quispe dijo que se escogió este lugar por ser céntrico, pese a contar con espacios como el Centro Municipal de Convenciones y el museo Antonio Paredes Candia. “Lo bueno es que no vamos a perjudicar el paso y esperamos que no llueva”, sostuvo.

Fuente: La Razón / Miguel Rivas/ 21 de abril de 2015 

lunes, 13 de abril de 2015

LA CHINA SUPAY EN EL ALTO


Por: Víctor Montoya

En uno de mis viajes a la Villa Imperial de Potosí, el artista Edwin Callapino me entregó la estatuilla de la China Supay, la amante celosa y seductora del Tío de la mina. Me la traje en el autobús hasta la ciudad de El Alto, empaquetada en un cartón cuyo rótulo advertía: “Contenido frágil”.

No la miré sino hasta que llegué a casa. Me aguanté la curiosidad con irresistible paciencia, como quien espera y desespera por descubrir la sorpresa escondida en un embalaje parecido a un regalo de Navidad. Además, quería darle una grata sorpresa al Tío, quien estaba esperándola ansioso desde  hace tiempo, con unas ganas locas de estrecharla contra su fornido cuerpo y, acuñándola con su reverendo miembro, amarla con fuerza salvaje y ardiente pasión.

Ni bien la saqué del cartón, el Tío se quedó fascinado ante la belleza de la China Supay, cuyos descubiertos senos le hicieron galopar el corazón. Y, como todo libertino aficionado a los excesos de la carne, no tardó en examinarle el trasero con la cara encendida por la lujuria, calculando el grosor de sus muslos y el diámetro de su cintura. Al final, como la China Supay estaba despojada de su bombacha, el Tío le clavó la mirada en la concavidad húmeda de su cuerpo.

La China Supay, aunque es fría en apariencia, pero caliente a la hora de ofrecer su cuerpo al hombre que le dedique su vida y amor, no se molestó por las miradas libidinosas ni los gestos imprudentes de su amado amante. Estaba acostumbrada a exhibir sus encantos en los Carnavales, donde forma parte de los danzarines de la diablada, que representan la lucha entre el Bien y el Mal, entre Dios y Satanás.

En los Carnavales, ella luce una máscara de mujer coqueta, una tentadora sonrisa y dos pequeños cuernos en la frente; sus ojos grandes y celestes tienen una expresión pícara, sus pestañas son largas y revueltas, sus labios de granate, carnosos, seductores y entreabiertos, dejan entrever una dentadura tan perfecta como el arco de cupido. Así, flanqueada por Lucifer y Satanás, avanza dando brincos en zigzag, como si dibujara una serpiente reptando hacia el mismísimo infierno. En la danza es vigilada por el Arcángel San Miguel y acompañada por osos, cóndores y diablos que encarnan los siete pecados capitales.

La China Supay no baila sólo por devoción a la Virgen del Socavón, sino para conquistar el amor del Arcángel San Miguel, quien, a pesar de ser su rival y el rival del Tío, es su amor platónico, el amor de sus amores, pero un amor imposible al fin y al cabo, porque si ella, lejos de hechizar a los hombres con el movimiento provocativo de sus nalgas y senos, encarna los atributos de un ser infernal, el Arcángel San Miguel es dueño de una apariencia atractiva, corazón incorruptible y espíritu tranquilo, atributos preferidos por Dios.

Sin embargo, la China Supay, con su blonda cabellera flotando al aire, no deja de enseñarle las tetas ni las piernas en el recorrido por las calles de la ciudad, como si quisiera hacerle caer en la tentación, pero el Arcángel San Miguel, consciente de que es el guerrero de Dios y guardián de los reinos celestiales, la esquiva una y otra vez, como un santo enfundado en traje inmaculado; máscara de ángel celestial, casco invulnerable, coraza azul, blusa de seda blanca, falda corta, botines de media caña, escudo plateado y espada en ristre.

Todos saben que la China Supay, como no encuentra ninguna razón para que una mujer se consagre a la virtud de la castidad, atenta contra las buenas costumbres sexuales y pone en jaque a los hombres que la acosan en los Carnavales, intentando manosearla donde no deben y probar el elixir que ella guarda celosamente para el Tío de la mina, el único macho capaz de hacerla navegar en las estrellas y el único ser incapaz de renunciar a los placeres de la carne.

El Tío entiende y tolera las irreverencias de la China Supay, incluidos sus atrevimientos más extravagantes que concitan la crítica de los devotos de la Virgencita del Socavón; es más, él mismo me contó que en cierta ocasión, cuando demostraba una danza llena de piruetas y saltos, como si no quisiera quemarse los pies en las brasas del infierno, tuvo la osadía de dejar escapar de su mano una blanca paloma y de su blanca blusa una blanca teta, aureolada por un pezón rosado, tan propio en las mujeres que superan el rubio platinado.

La China Supay  no soporta la hipocresía ni la doble moral. Es la que mejor simboliza el secreto que cada mujer guarda en el fondo de su alma, en el oscuro pozo del subconsciente. Si la mujer calla, la China Supay habla como bruja deslenguada; si la mujer llora, la China Supay ríe a mandíbula batiente; si la mujer sufre, la China Supay se regocija con el dolor de los hombres; si la mujer goza de la vida y el amor, la China Supay goza junto con ella, por ser el fiel reflejo del yo profundo de una mujer que se mira en el espejo.
La China Supay, que simboliza la lujuria y el pecado, tiene el cuerpo esculpido de carne ideal en el que todo es bueno y bello, tan bello que perturba la razón y levanta el animal en reposo de cualquiera que la mire por adelante o por atrás. No hay hombre sobre la faz de la tierra que no se enamore del fulgor de su belleza; digo fulgor, porque todo su cuerpo es luminoso como una lámpara; más todavía, puedo aseverar que su enigmática belleza, hecha de miel y de fuego, puede abrirle incluso las puertas del Paraíso.
La China Supay será también ama y señora en mi casa, pero como quiero que baile en esa suerte de ballet infernal, que es la danza de la diablada, ejecutada por los seres llegados de los avernos y por el Tío de la mina, quien se muestra en los Carnavales con su traje de Lucifer, le pediré al mejor mascarero y artesano de Oruro confeccionar un traje de lujo para la China Supay, que ahora mismo está semidesnuda, con sus intimidades expuestas a la vista de todos.
Me imagino que su traje estará compuesto por diadema de oro y gemas preciosas, blusa escotada, corpiño brocado, minipollera decorada con dragones bordados con hilo Milán, medias nylon, bombacha con encajes, cetro de mando y pañoleta al cuello; sus botas de taco alto, caladas en la parte trasera y hasta la pantorrilla, llevarán aplicaciones de realce, como un chorizo que simboliza el órgano genital masculino, para que todos sepan que la sexualidad de la China Supay es voraz como las llamas del infierno. Y, como es natural, para engalanar su aspecto de diablesa, llevará alhajas con engastes de pedrería en las orejas, el cuello y los dedos.
Mientras esto ocurra, y con todo el respeto que se merece el Tío, ch’allaré por la feliz estadía de los dos, augurándoles eterno amor y eterna vida, aunque sé que ellos, que son mis huéspedes de honor, llegaron a mi casa para revelarme los secretos escondidos en el baúl de sus recuerdos que, más recuerdos, son el crisol donde se fundieron los cuentos, mitos y leyendas de la tradición oral de los mineros.