ALTIPLANO
Óscar Cerruto
1.
El Altiplano es inconmensurable como un recuerdo.
Piel de quirquincho, toca con sus extremos las cuatro
puntas del cielo,
sopla su armada brisa de bestia.
El Altiplano es resplandeciente como un acero.
Su soledad de luna, tambor de las sublevaciones,
solfatara de las leyendas.
Pastoras de turbiones y pesares,
las vírgenes de la tierra alimentan la hoguera de la
música.
Los hombres, en el metal de sus cabellos,
aíslan el caliente perfume de los combates.
Altiplano rayado de caminos y de tristeza
como palma del minero.
2.
El Altiplano es frecuente como el odio.
Ciega, de pronto, como una oleada de sangre.
El Altiplano duro de hielos
y donde el frío es azul como la piel de los muertos.
Sobre su lomo tatuado por las agujas ásperas del
tiempo
los labradores aymaras, su propia tumba a cuestas,
con los fusiles y la honda le ahuyentan pájaros de luz
a la noche.
La vida se les tizna de silencio en los fogones
mientras las lluvias inundan sus huesos y el canto del
jilguero.
3.
Altiplano sin fronteras
Desplegado y violento como el fuego.
Sus charangos acentúan el color del infortunio.
Su soledad horada, gota a gota, la piedra.
EL AUTOR
Óscar Cerruto (La Paz, 1912 – 1981). Poeta, narrador,
periodista, biógrafo, diplomático. A los 14 años fue reportero de "La
Verdad" y años después director de "El Diario". Su novela está
inspirada en la Guerra del Chaco y sus cuentos marcan el inicio de la narrativa
moderna en Bolivia. Trabajó en la Cancillería y fue embajador de Bolivia en
Uruguay (1965). Obras principales: “Aluvión de fuego” (1935), “Cifra de las
rosas y siete cantares” (1957), “Cerco de penumbras” (1958), “Patria de sal
cautiva” (1958), “Estrella segregada” (1973), “Reverso de la transparencia”
(1975), “Cántico traspasado” (1975), “Poesía” (1985) y “La muerte mágica” (1988).
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