RELATOS BREVES DE ROBERTO “BETO” CÁCERES
En una terminal
de buses
Mi
mamá tenía que viajar a La Paz, pero primero me dijo que vayamos al parque a
tomar helado. El helado de canela con leche estaba rico, aunque no estaba tan
rico como el de mi abuela. Desde que ella se había muerto ya no íbamos a
visitar a nadie, porque mi mamá me decía que todos los parientes eran malos.
Creo que el único bueno para ella era el nuevo tío que estaba a nuestro lado.
Me lo pidieron un helado y diciendo: «vamos a dejar los bultos a la terminal,
ahorita volvemos», me dejaron sentado en la acera. Yo, sonso, tomaba y tomaba
el helado sin saber que este tío malo se la estaba robando, y ni siquiera tenía
para pagar el helado.
Pasarelas
[Bombillas]
¡Universidadpradosanfranciscocejasatélite!
¡Cejapérezuniversidad6deagostoisabelacatolica!
Es todo el día desde que he empezado a trabajar como ayudante de minibús. Al
principio no sabía cómo anunciar y menos cobrar. He trabajado por primera vez
con el Rugrats, en esta misma línea del 257 que va desde Ciudad Satélite hasta
SanJorge.
[Rugrats]
El Bombillas era un gil, al momento de ponerse a vocear por primera vez parecía
que quería tomar un poco de aire... no, no, mucho aire. Empezó a sudar y apenas
decía seguido nuestra ruta. Lo peor era cuando me hacía ver como cojudo porque
ya estabámos en la Pérez y seguía diciendo: "Pérez un boliviano, Pérez un
boliviano..." ¡Hay otros más vivos che!
[Bombillas]
Ahora no me he hecho engañar ni un centavo, lo único que me molesta es este jefe.
«¡chango! ¿Me estarás cobrando bien no?». «Deberías fijarte al otro. Mira, nos
ha pasado, qué cojudo eres. Abrí más rápido la puerta. ¡Puta che! Parece que no
has desayunado... ¡Anuncia más fuerte, pues!». Este gordo..., y ciego de paso.
Vas a ver, qué te crees para reñirme tanto. Y al terminar el día, lo que estaba
esperando... «No, no. Vengan esos bolsillos». T'ejeta, no sabes... «Ahora,
sácate los zapatos...» ¡Esa patada duele!
[Floricienta]
Como al sonso le gustaba tomar los refrescos en bolsita con dos y hasta tres
bombillas, todos ya le decían Bombillas. Él tomaba para no estar ronco. Yo le
enseñé pues. Ya pasado un tiempo de sus primeras veces como serrucho, ya
diestro, quién le va enseñar sino, salía a alaraquear su madera de ayuco y
hasta quería ganarme al gritar. ¡Ja! Pero nadie me. Esta noche nos iremos a
jugar stret faiter y no le dejaré ganar, le voy a hacer sudar, para qué me puso
«Floricienta».
[Bombillas]
Imagínate un minibús con capacidad para 14 pasajeros, con 20 sentados. Ese es
mi minibús, o sea, yo les he acomodado anoche hasta la Ceja. Al llegar a la
parada el Pájaro Loco me ha preguntado cuánto había hecho y diciendo «está
bien», ¡me ha dado 20 pesos! Aunque sabe que le jalo cinco o diez pesitos más
para mi ají de fideo y mi tilín, él no me dice nada. Pero mañana me esperará a
las cuatro, dice que tal vez tengamos que venticuatrear.
[Pájaro
Loco] Por lo que he visto nomás. El Bombillas no se va con uno y con otro.
Siempre peguea con un jefe por más de un mes y no jala mucho como otros
mañudos. Primero estaba con el Rugrats, luego con el Suchani, y después de que
he visto que era bien bala y k'amanea bien, le he dicho que vueltee conmigo.
En una estación
de trenes, sin trenes
A
veces se suben borrachos y borrachas y no se acuerdan ni dónde viven. Yo estaba
acostumbrado a esto pero una noche subió apenas una mujer rara. Me preguntaba
cada rato que cuánto es el pasaje. Yo no la había visto bien por lo despeinada
que estaba. Luego de prender el foquito para cobrar, de repente me dijo:
«¿Miguel? ¡Hijito!».
De
“Línea 257”, Ed. Yerba Mala Cartonera, El Alto, 2006.
EL
AUTOR
Roberto
(Beto) Cáceres, aunque nació en Copacabana, en 1979, está considerado como
escritor alteño. Co-director de la editorial artesanal Yerba Mala Cartonera, un
proyecto social, cultural y comunitario sin fines de lucro. Es autor de La vida
es siesta (Editorial Lulu, 2005), Línea 257 (Yerba Mala Cartonera, 2006) y de
varios cuentos publicados en revistas nacionales y extranjeras. Obtuvo el
premio de crítica Amalia Gallardo en 2001. Mantiene su excelente página
digital: http://estanteboliviano.blogspot.com/,
que mereció el premio de cultura Award Thinking en 2007.
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