domingo, 14 de octubre de 2012


RELATOS BREVES DE ROBERTO “BETO” CÁCERES


 En una terminal de buses

Mi mamá tenía que viajar a La Paz, pero primero me dijo que vayamos al parque a tomar helado. El helado de canela con leche estaba rico, aunque no estaba tan rico como el de mi abuela. Desde que ella se había muerto ya no íbamos a visitar a nadie, porque mi mamá me decía que todos los parientes eran malos. Creo que el único bueno para ella era el nuevo tío que estaba a nuestro lado. Me lo pidieron un helado y diciendo: «vamos a dejar los bultos a la terminal, ahorita volvemos», me dejaron sentado en la acera. Yo, sonso, tomaba y tomaba el helado sin saber que este tío malo se la estaba robando, y ni siquiera tenía para pagar el helado.
Pasarelas

[Bombillas] ¡Universidadpradosanfranciscocejasatélite!

¡Cejapérezuniversidad6deagostoisabelacatolica! Es todo el día desde que he empezado a trabajar como ayudante de minibús. Al principio no sabía cómo anunciar y menos cobrar. He trabajado por primera vez con el Rugrats, en esta misma línea del 257 que va desde Ciudad Satélite hasta SanJorge.

[Rugrats] El Bombillas era un gil, al momento de ponerse a vocear por primera vez parecía que quería tomar un poco de aire... no, no, mucho aire. Empezó a sudar y apenas decía seguido nuestra ruta. Lo peor era cuando me hacía ver como cojudo porque ya estabámos en la Pérez y seguía diciendo: "Pérez un boliviano, Pérez un boliviano..." ¡Hay otros más vivos che!

[Bombillas] Ahora no me he hecho engañar ni un centavo, lo único que me molesta es este jefe. «¡chango! ¿Me estarás cobrando bien no?». «Deberías fijarte al otro. Mira, nos ha pasado, qué cojudo eres. Abrí más rápido la puerta. ¡Puta che! Parece que no has desayunado... ¡Anuncia más fuerte, pues!». Este gordo..., y ciego de paso. Vas a ver, qué te crees para reñirme tanto. Y al terminar el día, lo que estaba esperando... «No, no. Vengan esos bolsillos». T'ejeta, no sabes... «Ahora, sácate los zapatos...» ¡Esa patada duele!

[Floricienta] Como al sonso le gustaba tomar los refrescos en bolsita con dos y hasta tres bombillas, todos ya le decían Bombillas. Él tomaba para no estar ronco. Yo le enseñé pues. Ya pasado un tiempo de sus primeras veces como serrucho, ya diestro, quién le va enseñar sino, salía a alaraquear su madera de ayuco y hasta quería ganarme al gritar. ¡Ja! Pero nadie me. Esta noche nos iremos a jugar stret faiter y no le dejaré ganar, le voy a hacer sudar, para qué me puso «Floricienta».


[Bombillas] Imagínate un minibús con capacidad para 14 pasajeros, con 20 sentados. Ese es mi minibús, o sea, yo les he acomodado anoche hasta la Ceja. Al llegar a la parada el Pájaro Loco me ha preguntado cuánto había hecho y diciendo «está bien», ¡me ha dado 20 pesos! Aunque sabe que le jalo cinco o diez pesitos más para mi ají de fideo y mi tilín, él no me dice nada. Pero mañana me esperará a las cuatro, dice que tal vez tengamos que venticuatrear.

[Pájaro Loco] Por lo que he visto nomás. El Bombillas no se va con uno y con otro. Siempre peguea con un jefe por más de un mes y no jala mucho como otros mañudos. Primero estaba con el Rugrats, luego con el Suchani, y después de que he visto que era bien bala y k'amanea bien, le he dicho que vueltee conmigo.

En una estación de trenes, sin trenes

A veces se suben borrachos y borrachas y no se acuerdan ni dónde viven. Yo estaba acostumbrado a esto pero una noche subió apenas una mujer rara. Me preguntaba cada rato que cuánto es el pasaje. Yo no la había visto bien por lo despeinada que estaba. Luego de prender el foquito para cobrar, de repente me dijo: «¿Miguel? ¡Hijito!».
De “Línea 257”, Ed. Yerba Mala Cartonera, El Alto, 2006.

EL AUTOR

Roberto (Beto) Cáceres, aunque nació en Copacabana, en 1979, está considerado como escritor alteño. Co-director de la editorial artesanal Yerba Mala Cartonera, un proyecto social, cultural y comunitario sin fines de lucro. Es autor de La vida es siesta (Editorial Lulu, 2005), Línea 257 (Yerba Mala Cartonera, 2006) y de varios cuentos publicados en revistas nacionales y extranjeras. Obtuvo el premio de crítica Amalia Gallardo en 2001. Mantiene su excelente página digital:  http://estanteboliviano.blogspot.com/, que mereció el premio de cultura Award Thinking en 2007.

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