viernes, 28 de diciembre de 2012


GANADORES DEL VI FESTIVAL DE POESÍA 
“PLUMA DE PLATA” FUERON PREMIADOS


El viceministerio de descolonización del Ministerio de Culturas en coordinación con el grupo Albor y el Círculo Literario de El Alto realizaron la entrega de los premios a los tres ganadores del VI Festival de Composición Poética “Pluma de Plata-Juan Wallparrimachi”, el día de ayer en el Patio Cultural de Palacio Chico.

“El evento Pluma de Plata nos ayuda a democratizar la literatura, tiene que existir igualdad de oportunidades para los jóvenes escritores y en está gestión lo hemos convertido en un certamen nacional y con este paso estamos descentralizando las oportunidades de Campo a Ciudad”, sostuvo Ariel Arenas, responsable del Círculo Literario de El Alto.

A la convocatoria “Pluma de Plata – Juan Wallparrimachi”, que fue lanzada a inicios de mes de diciembre, se presentaron un total de 30 postulantes. Ante esta convocatoria, el jurado calificador conformado por destacadas personalidades, seleccionó 18 poesías que serán publicadas en el libro Pluma de Plata 2012. Sin embargo, de estos últimos fueron elegidos tres ganadores, Edgar Solís Guzmán, Jhannet Ramos Ponce y Hernán Ramos Queso.

El jurado calificador fue conformado por Marcela Gutiérrez, Víctor Montoya y Clemente Mamani, escritores quienes, luego de revisar los trabajos presentados al festival, eligieron a los ganadores del certamen, el nombre del ganador se conocerá recién el mismo día, por una política de los organizadores.

El acto de premiación contó con la presencia de Esperanza Huanca en representación del viceministerio de Interculturalidad, Galo Illatarco, director de coordinación con organizaciones sociales del viceministerio de descolonización, Willy Flores, director de Albor, el escritor Víctor Montoya como miembro del jurado calificador y la representante del Círculo Literario de El Alto.

Los premios

En esta oportunidad, según la calificación de los miembros del jurado, el primer lugar recayó en la persona de Edgar Solís Guzmán quien recibió la estatuilla “Pluma de Plata”, un lote de libros y un certificado de reconocimiento, en tanto que el segundo y tercer lugar, Jhanneth Ramos Ponce y Hernán Ramos Queso, respectivamente, recibieron un lote de libros y diplomas.

Flores remarcó que este concurso no ofrece premios como dinero en efectivo a los concursantes, pues “Pluma de Plata” consiste en incentivar a los nuevos representantes de la poesía boliviana. “Estamos orgullosos de tener a los 18 representantes de la literatura del país”, destacó.

Fuente: El Diario, 28/12/2012

lunes, 24 de diciembre de 2012

VÍCTOR MONTOYA CONDECORADO
POR EL GOBIERNO MUNICIPAL DE LLALLAGUA


El 22 de diciembre, en horas de la mañana, fue condecorado el escritor Víctor Montoya por el Gobierno Autónomo Municipal de Llallagua, en el marco del 55 aniversario de la creación de esta ciudad y una sesión de honor, donde se destacó la labor literaria del autor y se le hizo entrega de la condecoración por su aporte intelectual reflejado en la labor literaria a través de su obra.

Víctor Montoya, evocando su condición de escritor comprometido con la realidad social y reconociéndose como hijo de entrañas mineras, agradeció al Honorable Concejo Municipal por haber decidido condecorarlo con tan alta distinción, que lo llenaba de orgullo y felicidad, porque no siempre uno es profeta en su propia tierra.

En esta ciudad rodeada de montañas, donde el magnate minero Simón I. Patiño se convirtió en el “barón del estaño”, tras haber hallado la veta más rica de este preciado metal, vivió y estudió el reconocido escritor boliviano Víctor Montoya, quien supo plasmar en sus obras, con realismo descarnado y desbordante fantasía, el mundo de las minas y sus habitantes, a partir de una experiencia que le tocó vivir desde su más tierna infancia.

En el relato "La letra con sangre entra", incluido en el libro "Cuentos violentos", narra los años de su infancia en la escuela Jaime Mendoza, en la cual cursó el ciclo primario. Asimismo, la novela "El laberinto del pecado", que se editó por primera vez en Suecia, en 1992, recrea sus años de estudiante en el Colegio Primero de Mayo y el Colegio Junín, ubicado en los Campos de María Barzola.

En las calles de Llallagua, ahora llena de comercios y estudiantes universitarios, transcurrió su infancia y adolescencia, sin sospechar que un día llegaría a constituirse en uno de los escritores más connotados del país y en uno de los más importantes cronistas de los centros mineros, con novelas, cuentos, artículos y ensayos, que se leen a nivel nacional e internacional.

En este mismo baluarte de las luchas sindicales, que en la primera mitad del siglo XX fue el sostén de la economía nacional, asumió conciencia política y se hizo dirigente estudiantil, hasta que el régimen dictatorial de los años 70, acusándolo de "subversor del orden establecido”, primero lo lanzó a la cárcel y posteriormente al exilio.

Estando en Estocolmo, en calidad de refugiado político, escribió gran parte de su obra, que se inició con la publicación de su libro de testimonio "Huelga y represión", cuyas primeras páginas redactó en las celdas del Panóptico de San Pedro y en la cárcel de Viacha.

Su libro "Cuentos de la mina", que ha merecido varias traducciones y comentarios elogiosos de la crítica especializada, nos acerca al realismo fantástico de las minas, donde sobreviven el sincretismo religioso y los resabios del mestizaje colonial a través del Tío de la mina, quien encarna la cosmovisión andina y la religión católica en perfecta combinación entre lo profano y lo sagrado.

El Tío de la mina es uno los personajes centrales en la obra de Víctor Montoya, un escritor que rescata el modus vivendi de las familias mineras, con las grandezas y tragedias registradas en la historia del movimiento obrero, que siempre estuvo rodeada por la pobreza de las comunidades indígenas dispersas en el norte de Potosí.

Las "Crónicas mineras", escritas con pasión y conocimiento de causa, recogen pasajes de la historia de Llallagua y trazan la semblanza de algunos destacados sindicalistas que ofrendaron su vida a la causa de los trabajadores mineros, como César Lora y Domitila Chungara.

En consecuencia, no es casual que el Honorable Concejo Municipal haya decido condecorarlo el 22 de diciembre, día de celebración de la efemérides de Llallagua, una ciudad que guarda reliquias, recuerdos y legados de valor histórico desde la época en que Simón I. Patiño, con el propósito de amasar fortunas, creó la legendaria industria minera, que trituró la vida de miles de trabajadores, que murieron con los pulmones destrozados por la silicosis, una tragedia nacional que destaca en la obra literaria del ahora reconocido y condecorado escritor. 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

TEATRO ALBOR ANUNCIA LA PRESENTACIÓN
DE "TAKI UNQUY" EN LA ISLA DEL SOL

 
Más de ciento veinte actores pondrán en escena una obra que recibirá el PCHAKUTI

Teatro ALBOR de la Ciudad de El Alto anunció su participación en los actos centrales a realizarse en la Isla del Sol este 21 diciembre, cuando se festejará el fin del no tiempo, marcado por guerras, hambrunas, necesidades, violencia, y el inicio de un tiempo nuevo, regido por la prosperidad, la paz, la armonía y el buen vivir.
 
El elenco alteño partió el miércoles 19, con el propósito de poner en escena, una vez más, la obra celebre de Eduardo Galeano "Las venas abiertas de América Latina". El jueves 20, más de ciento veinte actores se trasladarán rumbo a la Isla del Sol, donde, a partir de las 17 horas, pondrán en escena la obra TAKI UNQUY, estrenado el pasado 12 de octubre. Teatro ALBOR participará del acto central en la mañana del 21 de diciembre, que verán la segunda función de la mencionada obra que tiene alusión al cambio de Era y el inicio del pachakuti en el Solsticio de Verano.
 
El presidente Evo Morales anunció que el viernes 21 de diciembre, día en el que se celebra el Solsticio de Verano y el inicio del Pachakuti (nuevo tiempo), presentará una propuesta, consensuada con aportes de todo el mundo, sobre cómo resolver las diferencias económicas y sociales para que todas las naciones alcancen el "vivir bien", con igualdad, dignidad y soberanía. En el rito principal participará el elenco alteño con el teatro insurgente y revolucionario, como se llama en las lenguas originarias al cierre del ciclo del no tiempo y recibimiento de un tiempo nuevo, de equilibrio y armonía con la Madre Tierra.
 
"Estamos comprometidos con este nuevo tiempo desde nuestro arte, aportamos al proceso de cambio, estamos restaurando nuestros valores culturales, ese es el mensaje de Taki unquy, nuestra obra y nuestro personaje (Jach’a danzante) en este proceso de descolonización, que viene a devolvernos el AJAYU (el espíritu) para eliminar el miedo y devolvernos la felicidad. Antes fuimos un pueblo alegre y por qué no serlo ahora que comienza el pachakuti", sostuvo Willy Flores, Director de ALBOR.
 
El programa tiene una variedad de grupos musicales y de danza, es el único grupo de teatro que ha sido tomado en cuenta y es la primera vez que un grupo de teatro hace un despliegue de 128 actores, que proponen una nueva obra con la temática del taki unquy, impulsado por el vice Ministro de Descolonización.
 
Teatro ALBOR

El elenco alteño cuenta con una decena de obras de alto contenido social, histórico, político e insurgente "Ser un movimiento cultural y educativo referente a nivel local y nacional para la definición de políticas públicas relacionadas al Arte y la Cultura." Es una aspiración y visión esencial de ALBOR, por ello fiel en su andamiaje de responsabilidad social con la niñez y juventud de Bolivia, muy aparte del aspecto formativo ha incorporado eventos ya reconocidos en el país, como ser: Las Jornadas por Los Derechos Humanos y la Poesía y el Premio Intercolegial de Teatro "Aldo Velásquez" y actividades regionales que organizan en el interior del país.

Este año han estrenado la obra MAMA COCA en el Teatro Achá de Cochabamba y por tercer año han logrado el PREMIO NACIONAL DE TEATRO PETER TRAVESI con la obra "Leyendas de mi Tierra", una obra dirigida por María Elena Cárdenas. El 2010 y el 2011 ha realizado presentaciones en el norte de Chile con la obra emblemática de Galeano, pieza teatral con la que están por alcanzar un record en el teatro boliviano, pues están a punto de completar 500 presentaciones.
Fuente: ALBOR

domingo, 16 de diciembre de 2012


NUEVA CONDECORACIÓN PARA EL ESCRITOR VÍCTOR MONTOYA


El Gobierno Autónomo de la Municipalidad de Llallagua, por resolución del Honorable Concejo Municipal, decidió condecorar al Escritor Víctor Montoya por su extensa labor literaria y cultural. Además, según versiones oficiales, será reconocido por su indiscutible aporte a esta ciudad minera, donde vivió y estudió el ciclo primario y secundario.

El acto se llevará a cabo en una sesión de honor,  el sábado 22 de diciembre en los salones del Municipio que, por otra parte, conmemorará un año más de la fundación de Llallagua, que se realizó el 22 de diciembre de 1957.

Llallagua, que se dio a conocer a nivel internacional tras la creación de la industria minera por Simón I. Patiño, pasó a convertirse en uno de los temas centrales en la obra literaria de Víctor Montoya, no sólo por la importancia que esta ciudad minera tuvo en el marco de la economía nacional, una vez descubierta la veta de estaño más rica del mundo, sino también porque fue el centro neurálgico del sindicalismo nacional.

Víctor Montoya forjó su personalidad y sus ideales en el seno de los trabajadores del subsuelo, junto a quienes participó en los diferentes movimientos sociales que se protagonizaron durante los años en que el país fue asolado por la dictadura militar de los años 70.

El Honorable Concejo Municipal ha considerado el aporte literario y cultural de Víctor Montoya, quien durante los años que estuvo fuera del país, luego de haber sido perseguido, torturado y exiliado por la dictadura militar de Hugo Banzer Suárez, difundió la literatura nacional a través de obras que tuvieron repercusión internacional, como  la antología “Poesía Bolivia en Suecia” (2006) y “El niño en el cuento boliviano”, que se publicó en Suecia, en 1999, sobre la base de 37 autores más representativos de nuestra literatura. Asimismo, se constituye en un escritor reconocido no sólo en Europa, sino también en América Latina, con una amplia producción que, en la actualidad, está siendo traducida a varios idiomas.

Víctor Montoya es autor de ensayos, novelas, cuentos y crónicas periodísticas. Algunos de sus libros están dedicados a Llallagua y al mundo minero, como su novela “El laberinto del pecado” o el volumen "Cuentos de la mina", que recrea los mitos y las leyendas que giran en torno al mítico Tío de la mina, quien es el protagonista central en la obra de este escritor comprometido con la realidad social y con la lucha por la defensa de los Derechos Humanos.

La Honorable Alcaldía Municipal de Llallagua consideró que Víctor Montoya es digno de este reconocimiento y la condecoración oficial, porque está comprometido con la causa de los trabajadores de este centro minero y, sobre todo, porque constituye un ejemplo para la juventud estudiosa de Llallagua y un orgullo para la provincia Rafael Bustillo del Departamento del norte de Potosí

martes, 4 de diciembre de 2012


VÍCTOR MONTOYA SERÁ CONDECORADO 
EN LA CIUDAD DE EL ALTO


El escritor paceño, que retornó al país después de treinta cuatro años de ausencia, será condecorado en una sesión de honor con la Medalla “Prócer Juana Azurduy de Padilla”, con la Orden al Mérito Cultural, el 7 de diciembre, a Hrs. 9:30, en la ex "Alcaldía Quemada" de la ciudad de El Alto.

El Gobierno Autónomo Municipal, a petición de varias organizaciones sociales y culturales de esta ciudad, decidió condecorar oficialmente al escritor Víctor Montoya, quien fijó su residencia en Ciudad Sátelite, dispuesto a compartir sus conocimientos y experiencias con los principales actores culturales de esta urbe paceña.

La condecoración oficial, por determinación del Honorable Consejo Municipal de El Alto, tendrá carácter público y se realizará en la ex “Alcaldía Quemada”, con la presencia de las autoridades edilicias y los representantes de las organizaciones sociales y culturales que promovieron el reconocimiento de Víctor Montoya, en virtud a su meritoria trayectoria y contribución a la literaria boliviana tanto dentro como fueras del país.

Víctor Montoya, escritor comprometido con la realidad nacional, fue una de las víctimas de la dictadura militar de los años 70 y vivió exiliado en Suecia, donde escribió gran parte de su obra literaria y dirigió las revistas literarias “PuertAbierta” y “Contraluz”. 

Sin embargo, a pesar de la distancia y el tiempo trascurrido, jamás se desvinculó de su compromiso social ni de los temas bolivianos que abordó en su extensa producción literaria, compuesta por novelas, cuentos, ensayos, crónicas y artículos periodísticos.    

Las organizaciones sociales e instituciones culturales que propusieron la condecoración municipal del escritor Víctor Montoya, no dudaron en ponderar su lucha por la recuperación de la democracia y la calidad de su obra literaria. 

Las solicitudes, dirigidas al Gobierno Autónomo Municipal de El Alto, llevan las firmas autorizadas de la Central Obrera Regional, la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional, la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz, la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY-filial Bolivia), el Centro de Arte y Cultura ALBOR, el Círculo Literario de El Alto, la Defensoría del Pueblo de La Paz y la Institución Eco Jóvenes de Bolivia, entre otras.

ALBOR LANZA CONVOCATORIA 
PARA FESTIVAL DE POESÍA


El grupo de Teatro Albor abrió ayer la convocatoria al VI Festival Nacional de Composición Poética Pluma de Plata Juan Huallparrimachi que este año recibirá poemas en aymara y quechua. 

“Lo más importante de este evento es que ofrece la oportunidad de visualizar la obra y el talento artístico y poético de los concursantes”, manifestó Willy Flores, director general del Grupo de Teatro Albor. 

La convocatoria está dirigida a personas entre los 15 y 30 años, de nacionalidad boliviana. Flores explicó que la temática para participar en esta convocatoria es libre, inédita y de inspiración propia. El postulante deberá presentar sólo un poema. 

El plazo de la convocatoria cierra el 15 de diciembre. Los postulantes deberán remitir su obra en dos sobres manila A) y B). En el primero debe adjuntar dos copias del poema firmado con el seudónimo, tanto impreso como en digital. En el segundo sobre, deberá remitir fotocopias de cédula de identidad, datos personales como el teléfono, la dirección del domicilio y el correo electrónico. 

Los tres primeros lugares recibirán una estatuilla (ver imagen) y sus poemas formarán parte de un libro que reunirá los 25 mejores poemas enviados a la convocatoria.

 Fuente: Página Siete / La Paz - 03/12/2012

sábado, 1 de diciembre de 2012

FILME CON ACTOR ALTEÑO,
PRESELECCIONADO AL OSCAR


El cortometraje titulado Salar, de Nicholas Greene que fue filmado en el Salar de Uyuni en Potosí es uno de los 11 filmes preseleccionados que optan por quedarse con una de las cinco nominaciones oficiales que finalmente competirán por un premio Oscar. Así lo dio a conocer Juan Carlos Aduviri, actor alteño y protagonista de la cinta.

Información. La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas publicó ayer la lista de las películas preseleccionadas para avanzar en la categoría de Corto de Acción Real, como informó el propio Aduviri en su cuenta de Facebook: "Debido a un empate en la votación, 11 películas, en lugar de diez, avanzarán".

Según publicó el portal, hollywoodreporter.com, las películas en la lista son: La Fábrica (A Fábrica) de Muritiba Aly, Asad de Bryan Buckley, Buzkashi Boys de Sam French, Toque de queda de Shawn Christensen, Death of a Shadow (Dood van een Schaduw) de Tom Van Avermaet, Henry de Yan England, Kiruna-Kigali de Goran Kapetanovic, The Night Shift Belongs to the Stars de Silvia Bizio y Paola Porrini Bisson, 9 metros de Anders Walther, Cuando me encuentres (When you find me) de Ron Howard, y Salar de Nicholas Greene.
 
La historia. Salar cuenta la historia de un minero de sal que trabaja en Uyuni. El personaje principal, que interpreta Aduviri, se llama Carlos, quien desconfía de todo aquel que sea blanco (gringo). Una herida en la mano hará que la única esperanza del minero para curarse sea el médico. El filme dura algo más de 15 minutos y fue grabado en enero de 2010.
 
Precandidatos a la categoría de efectos especiales. Otra lista que se anunció ayer fue la de Mejores Efectos Especiales, que destaca grandes títulos.

Los competidores. Las películas preseleccionadas, que disputarán un lugar para la nominación hacia los premios Oscar son: El asombroso Hombre Araña, Los Vengadores, Batman: El caballero de la noche asciende, John Carter, Prometheus, Cloud Atlas, Blancanieves y la leyenda del cazador, Skyfall, La vida de Pi y uno de los estrenos más esperados El Hobbit: Un viaje inesperado.
 
Fuente: Giannina Machicado, La Prensa, La Paz, 1/12/2012

jueves, 29 de noviembre de 2012

SE EXHIBEN FOTOGRAFÍAS SOBRE CAMINO DEL INCA
EN EL MUSEO ANTONIO PAREDES CANDIA


La exposición fotográfica sobre la Ruta del Qhapaq Ñan o Camino del Inca se imauguró el miércoles 28 de noviembre en el Museo Antonio Paredes Candia, ubicado
en la Zona Satélite de la ciudad de El Alto.
 
La muestra, de carácter itinerante, tiene el objetivo de servir como símbolo de integración entre los países por los cuales pasa el referido camino, la principal vía de comunicación del imperio Inca, que se inició en el Cusco, para luego recorrer por todo el territorio inca o Tahuantinsuyo.

La exposición, según los responsables, ayudará a la difusión para que el Qhapaq Ñan sea declarado Patrimonio Material e Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Según el Ministerio de Culturas, los agregados culturales de las Embajadas de Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, el Consulado General de Chile y los responsables del Museo "Antonio Paredes Candia", en la expisición se podrán apreciar 47 fotografías y 2 videos durante el mes de diciembre y parte de enero de 2013.
El Qhapac Ñan o Camino del Inca, cuya ruta ha sido retrada en fotografias y videos por profesionales y aficionados, constituye en la actualidad un atractivo turístico de aventura por su belleza y trascendencia histórica.

sábado, 24 de noviembre de 2012

DOS CENTROS CULTURALES BUSCAN RECUPERAR
LA HISTORIA DE EL ALTO
 

Más de 200 jóvenes voluntarios trabajan en la recopilación de información sobre barrios alteños que se difundirá en textos, fotografías y audiovisuales.

Villa Dolores, Ciudad Satélite, Ballivián, Huayna Potosí y Estrella de Belén son algunas de las 16 zonas alteñas cuyas historias fueron rescatadas, en texto e imágenes, por un grupo de jóvenes voluntarios.

Este material será parte de la oferta de los dos centros de documentación histórica barrial de El Alto, que abrieron sus puertas hace pocos días.

Los establecimientos están ubicados en Villa Tunari y en la zona Santa Rosa de Lima, en infraestructuras cedidas por el área de Gestión Educativa de la Alcaldía de El Alto.

"Serán espacios físicos de intercambio de información histórico y cultural, especialmente para los estudiantes de El Alto", explicó Óscar Martínez, uno de los responsables de la iniciativa, que es impulsada por el proyecto Quiénes Somos, dependiente de la Cooperación Europea.

El mencionado proyecto tiene como objetivo central implementar y promover un diálogo intercultural y directo entre los jóvenes de El Alto y del Plan Tres Mil de Santa Cruz. En ese marco, se efectuó una serie de actividades culturales y de interacción en ambas ciudades.

Martínez reiteró que la apertura de los centros es resultado de un trabajo iniciado en 2010. "Trabajamos con estudiantes de varias unidades educativas y con ellos se realizó la investigación sobre la historia de los 16 barrios alteños más tradicionales", dijo.

Fruto de la investigación se recogió información documental, mapas e imágenes que estarán a disposición de los vecinos. Además, en febrero del próximo año, se publicará un libro en el que se sintetizará todo este material.

Tirso Puig de la Bellacasa, director del proyecto Quiénes Somos, explicó que en los centros de documentación la gente podrá encontrar paneles informativos sobre la historia de los barrios, fotografías y audiovisuales. "Habrá una exposición de fotografías antiguas que fueron donadas por los vecinos y también de imágenes actuales captadas por los jóvenes", explicó.

Puig de la Bellacasa también indicó que en la actualidad están equipando los centros con equipos electrónicos y conexiones de internet para que los jóvenes continúen con su trabajo. Además, agregó que realizan algunos arreglos para mejorar la infraestructura.

Martínez señaló también que otro objetivo del proyecto, que concluye el próximo año, es consolidar la investigación sobre los barrios a partir de la participación de los estudiantes. "Lo que buscamos es incentivar en los jóvenes de El Alto la investigación y recopilación sobre su historia y cultura", dijo.

En desafío actual sería reconstruir la historia de alrededor de 83 barrios de la ciudad más joven y una de las más grandes del país.

Fuente: Página Siete, Anahí Cazas / La Paz - 23/11/2012

lunes, 19 de noviembre de 2012


LA CURVA DEL DIABLO


Crónica de Víctor Montoya

El día que me contaron que en la tercera curva de la autopista que une El Alto y La Paz había una roca negra en la cual fue esculpida la cabeza del mismísimo amo de las tinieblas, y donde acudían sus devotos para rendirle culto y pleitesía, no me lo podía creer hasta la tarde en que bajé desde la Ceja para ver con mis propios ojos eso que me parecía una invención de quienes practican las artes esotéricas para estafar a los incautos o sembrar el pánico entre los crédulos.

Al cabo de cinco minutos de viaje, pedí al conductor del minibús que me dejará en esa curva tan temida y respetada. De pronto me vi frente a una colina casi empinada, en cuya parte inferior había una roca de aproximadamente un metro y medio de diámetro, donde los devotos del diablo asistían para ch’allarle con enorme fe y devoción, como los mineros le ch’allan al Tío en los tenebrosos socavones, pero en otro contexto que nada tiene que ver con los poderes de Lucifer. 

Sin embargo, debo confesar que cuando visité el lugar no estaban ya tres escalinatas que conducían hacia la imagen esculpida del diablo, que tenía los ojos saltones, los cuernos pintados de rojo y retorcidos como los de un macho cabrío, y una boca grande por donde le daban de comer, fumar y beber. Tampoco estaban ya las otras tres imágenes que flanqueaban el ícono principal, y que, según rezaban las inscripciones, una era el Tío Contador y  la otra el Tío Lucifer.

La leyenda urbana, transmitida por tradición oral, narra que al construirse la autopista entre La Paz y El Alto, algunos trabajadores, que abrían la carretera a fuerza de pico y pala, fueron testigos de algunas apariciones del diablo, quien, a modo de advertencia y defensa propia, se les puso al frente de quienes invadían su territorio sin ofrecerle disculpas anticipadas. Así fue como en una ocasión, el maligno convertido en serpiente de dos cabezas, se le apareció a uno de ellos, justo allí donde los barrenos y combos, al ritmo de bum-bum-bum, herían la roca negra, que antes era frecuentada por los yatiris y brujos para realizar sus rituales ancestrales. En otra ocasión, bajo un cielo roto por los relámpagos y el aguacero, descendió desde la punta de la empinada colina, de ladera lodosa y resbaladiza por el agua, un sapo negro, rechoncho y gigante, que saltó por delante de uno de los trabajadores, cruzó la carreta y se perdió al otro lado del bosque sin dejar rastro alguno.

Los habitantes de la zona, de mentes proclives a las supersticiones, dijeron que esos terrenos eran de propiedad del diablo, el mismo que, como todo soberano de las tinieblas, estaba escondido en las inmediaciones de la tercera curva, la más cerrada y peligrosa de la carretera, donde los conductores bajan la velocidad por temor a perder la vida. 

De modo que los trabajadores, al terminar la construcción de la autopista, prometieron levantarle un altar y rendirle culto a manera de ofrecerle disculpas por haberse “entrometido” en sus predios, sin previo aviso ni consideración. Pero también para suplicarle favores a tiempo de ofrendarle alcohol, cigarrillos, serpentinas y mixturas, con la creencia de que el diablo no es una simple roca, sino el  guardián de la zona.

Los menos creyentes, que se reían en sus barbas y de la fuerza de sus poderes mágicos, han sido víctimas de horribles pesadillas y en algunos momentos han llegado a temer por sus vidas, como los transportistas que transitan por el lugar, sin rendirle culto ni suplicarle que los proteja de los accidentes. De hecho, en los anales de la policía de tránsito se registran varios incidentes  protagonizados por los conductores en la Curva del Diablo. El más insólito fue cuando un minibús de color blanco, con diez pasajeros a bordo, impactó contra la roca, provocando graves mutilaciones en los miembros superiores de algunos pasajeros que, ensangrentados y conmocionados por el choque frontal, clamaron a Dios y a la Virgen entre “ayes” de dolor. 

Desde entonces los choferes y transeúntes se hacían presentes los martes y viernes, como ocurre con las apachetas, para ch’allar en la Curva del Diablo; un rito que se hizo habitual por varios años, hasta que los funcionarios de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC) y efectivos de la policía procedieron, la tarde del 5 de agosto de 2011, a derribar el altar con una retroexcavadora que hizo chillar la roca.

La destrucción se realizó debido a que, una semana antes, en el primer día del mes de la Pachamama, se halló el cadáver de un hombre tirado en el suelo, rodeado por botellas de aguardiente, hojas de coca y colillas de cigarrillo. La víctima, de aproximadamente 35 años de edad, estaba congelada, tenía signos de violencia y presentaba un corte de unos quince centímetros alrededor del cuello. La Policía sospechó que el cuerpo humano fue una ofrenda satánica, que alguien hizo en el lugar, poniendo en la agenda pública la existencia de los cofrades.

Este hecho macabro bastó para que la policía se diera tras la pista de los sospechosos, pero sin lograr resultado alguno hasta la fecha. Lo que sí queda claro es que en este lugar, donde acude mucha gente en busca de ayuda y protección, se siguen celebrando misas en honor al diablo que, más que diablo, parece un santo patrón para los vecinos de El Alto. Sólo faltaría que lo levanten en hombros y lo lleven en procesión por las avenidas de esta ciudad llena de yatiris, q’oas y ch’allas.  

Lo increíble es que, a pesar de la destrucción del altar con maquinaria pesada, los devotos no han dejado de visitar el lugar y hacerle ofrendas, acompañadas de coca, cigarrillos, serpentina, mixtura, azúcar, flores, botellas de alcohol, latas de conservas, fotocopias de cédulas de identidad, facturas, fotografías con clavos incrustados a la altura del rostro y los genitales, mechones de cabello amarrados con lana y hasta tangas de mujeres celosas.

Las crónicas rojas de la prensa revelan que la policía, al lado de las monedas y los billetes de diversos valores, halló también amuletos, fetiches, una hoja de papel manchada con sangre en la cual un hombre pedía a su amada entregarle su cuerpo y otros objetos de supuesta brujería, al lado de huesos de animales sacrificados, en una suerte de misas negras, al pie de la imagen del diablo.

A dos metros de la roca y muy cerquita de la autopista por donde las movilidades cruzan a 80 kilómetros por hora, una comerciante alteña instaló su puesto de venta de artículos para que los devotos del diablo celebren sus mesas blancas y negras. No es casual que unos acudan a este lugar en busca de favores, protección para la salud y el éxito en los negocios; mientras otros llegan cada 7 de agosto y el martes de ch’alla para celebrar una pequeña fiesta, con preste incluida, en devoción al diablo, a quien, en ritos de maldición, le encomiendan que haga daño a los deudores, enemigos, maridos infieles y mujeres de mala vida.

Este es el panorama que se observa cada martes y viernes en la Cueva del Diablo, en cuya roca donde estaba tallada su imagen y alrededor del altar no faltan velas derretidas de varios colores junto a las cenizas de las fogatas en las que se advierten prendas de vestir chamuscadas y cortadas en tiras.

Algunos creyentes aseveran que el incumplimiento con el pacto que se realiza con el diablo, podría ocasionar desgracias en la vida familiar y laboral, en tanto otros creen que si se le rinde un merecido tributo, el diablo hace que incluso las maldiciones, a las que están expuestas las víctimas, rebotan contra la misma persona que las encomendó en un acto de brujería; es más, los delincuentes suelen dejarle ofrendas para que en el próximo “golpe” les vaya bien y los ampare de la policía, así como las prostitutas, que se aparecen los lunes al mediodía, le prenden cigarros y le dan besos como retribución por los presuntos favores recibidos.

Lo cierto es que todo esto, que en principio me parecía la invención de los practicantes de las artes esotéricas, correspondía -y corresponde- a una realidad contundente que forma parte de una sociedad donde el bien y el mal va de la mano; la prueba está en el hecho de que ahora se dice de que apareció otro altar dedicado al amo de las tinieblas frente a la Curva del Diablo, pero ésta es otra historia que se las contaré otro día. 
IX ENTRADA UNIVERSITARIA DE UPEA 
DERROCHÓ CULTURA, ALEGRÍA Y COLORIDO


Más de un millar de universitarios disciplinadamente uniformados y enfilados en 39 fraternidades marcaron un mismo paso en el evento cultural.

Colorido, alegría y juventud remozaron el sábado las principales arterias de la urbe alteña. Innovadoras coreografías diseñadas por los estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) se dibujaron en ellas. 

Más de un millar de universitarios, disciplinadamente uniformados y agrupados en 39 fraternidades, marcaron un mismo paso en la IX Entrada Universitaria de la UPEA 2012, con el objetivo de expresar de la mejor forma la riqueza cultural de Bolivia.

De acuerdo con el rector de la UPEA, Rubén Cerrón Cahuaya, la actividad cultural fue realizada en conmemoración de los nueve años de la Autonomía Universitaria, conquistada mediante la Ley 2556 del 12 de noviembre de 2003. 

“Estos nueve años significan la consolidación de nuestra universidad dentro del Sistema de Universidades y la revalorización de todas las costumbres de nuestra cultura”, manifestó la máxima autoridad universitaria a Cambio.

El evento cultural, iniciado con un sol radiante cerca del mediodía, contó con la presencia de varias autoridades nacionales y municipales, representantes universitarios, además de sabios y amautas que realizaron una ofrenda a la Madre Tierra antes de iniciar la fiesta folklórica.

La ñusta UPEA, Blanca Sumi Acarapi, elegida el 26 de octubre, destacó que la festividad demuestra la riqueza cultural que tiene nuestro país y el amor que los jóvenes alteños sienten por su patria y su identidad. 

En la misma línea, la cholita UPEA, Geraldine Ponce, de la carrera de Educación Parvularia, remarcó la variedad de danzas que engalanaron el encuentro cultural protagonizado por los universitarios alteños. 

Los coloridos trajes de la morenada de la carrera de Administración de Empresas abrieron el evento folklórico y arrancaron los aplausos de decenas de alteños apostados a lo largo de la avenida Juan Pablo II. 

El caluroso día se calentó más con el paso de los tinkus de Ingeniería Civil, los tobas de Contaduría Pública y la saya afroboliviana de Ingeniería Electrónica. 

“Yo vengo a verlos porque los jóvenes bailan mejor que los adultos, tienen mucha más energía”, dijo Ana Gutiérrez, mientras admiraba la coreografía de los danzarines acompañada de sus dos hijas. 

Las bombas de humo de color combinaban perfectamente con los hermosos trajes hechos de aguayos, plumas y lentejuelas de matices celestes, violetas, rojos, verdes, naranjas y amarillos. 

“La entrada folklórica de la UPEA, declarada patrimonio cultural de El Alto, celebra junto con su pueblo estos nueve años de Autonomía, con el firme propósito de ser la punta de lanza en el progreso de nuestra ciudad”, expresó el Rector de esa casa de estudios. 

Fuente: Cambio, 18-11-2012

miércoles, 31 de octubre de 2012


LA PRESENTACIÓN DE "CUENTOS DE LA MINA" 
TUVO MUCHO ÉXITO


La presentación de la obra de Víctor Montoya, que se llevó a cabo en el auditorio del Sistema de Archivo de la COMIBOL, concitó el interés de los ciudadanos alteños, en especial de las familias mineras que, antes y después de la “relocalización” decretada por el gobierno de Víctor Paz Estenssoro en 1985, se establecieron en esta ciudad. 

El ex ejecutivo de la COB, Edgar Ramírez, y el historiador Luis Oporto, ante un auditorio lleno de expectativa y emoción, destacaron la trayectoria intelectual del autor y dedicaron palabras ponderables a favor de la narrativa de ambiente minero. Ramírez destacó el estilo literario moderno en “Cuentos de la mina” y el “realismo fantástico” que se aprecia en sus páginas.

Víctor Montoya, durante su intervención y a tiempo de agradecer a los auspiciadores del evento, manifestó que “Cuentos de la mina” es una obra nacida desde lo más profundo de su ser, no sólo porque se identifica plenamente con este sector del proletariado nacional, sino también porque su trayectoria literaria está marcada por sus vivencias en las poblaciones mineras del norte de Potosí, donde vivió desde su más tierna infancia, hasta el día en que fue apresado, junto a un grupo de dirigentes mineros, que se enfrentaban contra la dictadura militar de los años 70, en procura de recuperar la democracia y la libertad del fuero sindical.

El libro es, señaló el autor, un reflejo de los mitos y las leyendas sobre el Tío de la mina, que se conservan en la memoria colectiva y cuyas aventuras se cuentan de boca en boca en los campamentos mineros. Estos mitos y estas leyendas forman parte de la cosmovisión andina, en la cual se amalgaman las creencias ancestrales de las culturas originarias y las influencias de la religión católica desde la época de la colonia, afirmó.

Las personas presentes en el auditorio, que siguieron con interés las exposiciones de los comentaristas y del autor de “Cuentos de la mina”, cerraron el acto entre aplausos, abrazos y opiniones positivas. No faltaron las voces que afirmaban que la presentación de esta obra fue oportuna debido a que justo este 31 de octubre se celebra los 60 años de la nacionalización de la minas. Tampoco faltaron los parabienes para el autor, quien se comprometió a seguir impulsando la literatura minera, por considerarla una de las vetas más ricas de la cultura nacional y un material que forma parte de la memoria histórica.

Foto: Edgar "Huracán" Ramírez (en el micrófono), Luis Oporto, Víctor Montoya y Milton Márquez

jueves, 25 de octubre de 2012


INVITACIÓN


Todos quedan cordialmente invitados a la presentación del libro “Cuentos de la Mina”, que se efectuará el martes 30 de octubre, a Hrs. 15:00, en el auditorio del Archivo Histórico de la Minería Nacional de la Corporación Minera de Bolivia de la ciudad de El Alto.  

lunes, 22 de octubre de 2012


VÍCTOR MONTOYA PRESENTARÁ SU LIBRO, 
"CUENTOS DE LA MINA", EN LA CIUDAD DE EL ALTO


El próximo martes 30 de octubre, en el Auditorio del Sistema de Archivo de la COMIBOL, ubicado en la ciudad de El Alto (Calleja Del Archivero, No. 100, zona Ferropetrol, al lado de la Fuerza Aérea Boliviana), se presentará a las 16:00 hrs. el libro “Cuentos de la mina”, la exitosa obra del escritor Víctor Montoya, quien retornó al país después de treinta cuatro años de ausencia.

El acto, que se desarrollará en el marco del programa de conmemoración de los sesenta  años de la nacionalización de las minas, cuyo Decreto se firmó el 31 de octubre de 1952 en la población de Catavi, está auspiciado por el Archivo Histórico de la Minería de COMIBOL y contará con la presencia de destacadas personalidades del ámbito cultural, social y político.

La presentación y los comentarios estarán a cargo del líder minero Edgar Ramírez, ex ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Director de los Archivos Históricos de la Minería Nacional y del Sistema de Archivo de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), y de Luis Oporto Ordóñez, historiador, archivista y Director de la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional.

El autor del libro, consciente de la importancia que reviste esta presentación en la ciudad de El Alto, manifestó su agradecimiento a las personas implicadas en la preparación de este evento que, una vez más, pondrá de relieve a la literatura minera en el contexto de la literatura nacional.

El eje temático del libro

“Cuentos de la mina”, compuesto por 25 relatos de extensión variada, es un regio escaparate donde se exponen las vertientes más fascinantes del mundo minero, cuyas creencias están vinculadas tanto al paganismo de las culturas ancestrales como a la religión católica llegada de allende los mares. El libro, además de contar con el prólogo del español Benigno Delmiro Coto, está ilustrado con fotografías de Jean-Claude Wicky, Stanislas de Lafon, Barbara Lindell, Christopher Hines, Joson Devit y Manuel L. Acosta, entre otros.

En “Cuentos de la mina”, como en toda obra de creación literaria, se explayan las modernas técnicas narrativas, a partir de un eje temático que pone en primera plana las aventuras y desventuras del Tío de la mina; un personaje que simboliza el sincretismo religioso y el mestizaje cultural desde la época de la colonia.

El Tío de la mina, cuya imagen diabólica está esculpida en las galerías, está considerado como el guardián de las riquezas minerales y el amo de los trabajadores del subsuelo, y así como concede gracias a quienes le rinden tributo con afecto y devoción, es también implacable y cruel con quienes lo ignoran o se burlan de él.

A la pregunta formulada por una periodista: “¿Por qué, en su visión rescata al Tío como personaje principal de las minas y no así al minero como tal?”, Víctor Montoya contestó de manera concluyente: “Porque quería diferenciarme de los escritores que cultivaron y cultivan la literatura del llamado ‘realismo social’, donde se habla de los triunfos y las derrotas del proletariado minero. Hay muchas obras, tanto en el género del cuento como de la novela, en las que se retrata al indígena que se proletariza, al minero sindicalizado que se enfrentó, primero, contra la oligarquía minero-feudal y, después, contra los gobiernos nacionalistas y neoliberales, en aras de conquistar sus reivindicaciones socioeconómicas. Lo que yo hice, a diferencia de estos escritores de la literatura minera, fue rescatar los mitos y las leyendas que existen en la tradición oral de los Andes, donde se siente con todo su vigor la mitología del Tío de la mina; un ser ambivalente, mitad dios y mitad demonio. De modo que mis cuentos, más que narrar la realidad social del minero, recrean la figura del Tío desde una perspectiva del realismo mágico o fantástico, que forma parte de la cosmovisión andina, con una fuerte presencia de las creencias y supersticiones de las culturas ancestrales”.   

No cabe duda de que este libro, a lo largo de sus 183 páginas, rescata, con una prosa ágil y verosímil, el imaginario popular en torno a la mitología del Tío, y, por eso mismo, es diferente a la narrativa tradicional de la literatura minera, en la cual, de un modo general y casi por antonomasia, confluyen las historias en lo mismo: la tragedia, las injusticias sociales y las luchas reivindicativas del movimiento sindical.

Por otro lado, en cada uno de los cuentos es fácil identificar los atributos que identifican a la mina: el ulular de la sirena; un elemento que, junto a la jaula, los rieles, los vagones y las maquinarias, es tan importante como el casco de protección, el overol, las botas y la lámpara en la faena de la mina, donde la oscuridad, la humedad, los gases y los derrumbes, son otros de los elementos descritos de manera magistral en “Cuentos de la mina”.

El autor del libro, reconocido por su fecunda labor literaria tanto a nivel nacional como internacional, confesó que escribió estos cuentos a partir de sus vivencias personales y la estrecha relación que mantuvo con los mineros en el norte de Potosí, donde muchos de sus familiares fueron trabajadores del subsuelo. Conoce esa realidad dantesca desde que tiene uso de razón y se considera orgullosamente un “hijo de entrañas mineras”.


Opiniones sobre “Cuentos de la mina”

“Leer Cuentos de la Mina significa sumergirse en el mundo sincrético de las creencias mineras de Bolivia. Los textos, como si fueran galerías de una mina, se van adentrando en las diferentes actualizaciones del sincretismo religioso que supone la figura y leyenda del Tío, así como su significación para los mineros. En estos textos, caracterizados por un decidido tratamiento de la materia narrativa, el lector se enfrenta a lo que ya va siendo una constante en la narrativa de Montoya: el distanciamiento del narrador, la precisión, a veces la crudeza de estirpe casi naturalista, con el que se describen hechos violentos o tremendos, al mismo tiempo que la resolución de la trama opera en un registro de modulaciones mágicas, de manera que más que hablar de realismo mágico podríamos hablar de naturalismo mágico en estos relatos” (Leonardo Rossiello).

Cuentos de la mina vendría a ser una especie de biografía del Tío, es un libro que con sus relatos fascinantes, sus minuciosas descripciones en un lenguaje fluido, en ocasiones poético, y sus ilustraciones, constituyen un valioso aporte al conocimiento de las creencias, mitos, ritos y leyendas que desde siglos sustentan el mundo de los trabajadores mineros” (Giancarla de Quiroga).

“El maravilloso libro de Víctor Montoya, Cuentos de la mina, aclara desde la literatura todo aquello que los historiadores no podemos captar con la sencillez e inmediatez que es tan propia de los escritores de raza. Y Montoya ha probado sobradamente que lo es. En su obra, sin teorías venidas de otros oficios, el autor recrea con naturalidad el imaginario del minero boliviano a través de una serie de cuentos en donde quedan plasmadas las desdichas y esperanzas de ese colectivo humano utilizando como marco de encuadre a uno de los personajes más emblemáticos del sincretismo americano: El Tío de la Mina, dueño sobrenatural y soberano absoluto de la oscuridad y sus riquezas” (Fernando Jorge Soto Roland).

“Víctor Montoya rescata prolijamente las tradiciones y leyendas de la mina y se convierte en un cronista del mundo fantástico que emerge del socavón. Sus relatos son metáforas sobre la existencia fantasmal que se atribuye a los mineros más empobrecidos, muertos en vida por la silicosis y la ausencia de horizonte. Sin haber tenido la vivencia de penetrar en la mina es difícil describir con tanta propiedad esa sensación de ahogo, de oscuridad absoluta y de humedad sexual que se respira en los socavones” (Alfonso Gumucio Dagron).

“Este libro es el fiel reflejo del pensamiento, los sentimientos, usos y costumbres que caracterizan a las poblaciones mineras bolivianas y su entorno físico andino, ya que los hechos en él relatados, se desarrollan en los centros mineros de Siglo XX, Potosí y Oruro, en cuanto a las manifestaciones mitológicas y legendarias que dan origen a acontecimientos culturales de extraordinaria magnitud, como el Carnaval de Oruro y los ritos litúrgicos propios de una religión ecléctica que rige en América desde el desenlace de la dominación española” (Alberto Guerra Gutiérrez)

Datos del autor en las solapas del libro

Víctor Montoya nació en La Paz, el 21 de junio de 1958. Escritor, periodista cultural y pedagogo. Vivió desde su infancia en las poblaciones mineras de Siglo XX y Llallagua, al norte del departamento de Potosí, donde conoció el sufrimiento humano y compartió la lucha de los trabajadores del subsuelo, cuyas grandezas y tragedias, profundamente ligadas al realismo mágico y mítico de las culturas ancestrales, se reflejan vehemente en una de las facetas más vitales de su obra literaria.

Estudió la primaria en la escuela Jaime Mendoza, el ciclo intermedio en el Colegio Junín y la secundaria en el Colegio Primero de Mayo. Fue testigo de la masacre de San Juan en 1967 y dirigente estudiantil hasta mediados de 1976, año en que la dictadura militar de Hugo Banzer Suárez, que asaltó el poder en agosto de 1971, lo persiguió por sus actividades políticas. Permaneció clandestino en el interior de la mina y en una casa de seguridad en la ciudad de Oruro, donde cayó a merced de las fuerzas represivas junto a un grupo de dirigentes mineros.

Estuvo preso en el Panóptico Nacional de San Pedro y en la cárcel de mayor seguridad de Viacha-Chonchocoro. Durante su cautiverio, burlando la vigilancia de los guardias, escribió su libro de testimonio Huelga y represión, cuyas páginas se filtraron por los sistemas de control gracias a la valiente y decidida cooperación de su madre, quien lo visitaba en la cárcel cada vez que las autoridades de gobierno se lo permitían.

En 1977, luego de una campaña de Amnistía Internacional, que reclamó por su libertad y lo adoptó como a uno de sus “presos de conciencia”, fue sacado de la prisión por un piquete de agentes y conducido directamente al aeropuerto de El Alto, desde donde fue exiliado a Suecia, como la mayoría de los refugiados latinoamericanos que fueron expulsados de sus países tras el advenimiento de las dictaduras militares.

En Estocolmo, donde fijó su residencia, trabajó en una biblioteca municipal coordinando proyectos culturales, impartió lecciones de idioma quechua y dirigió Talleres de Literatura. Cursó estudios de pedagogía en el Instituto Superior de Profesores y ejerció la docencia durante varios años.

En su extensa obra, que abarca el género de la novela, el cuento, el ensayo y la crónica periodística, destacan: Huelga y represión (1979), Días y noches de angustia (1982), Cuentos violentos (1991), El laberinto del pecado (1993), El eco de la conciencia (1994), Antología del cuento latinoamericano en Suecia (1995), Palabra encendida (1996), El niño en el cuento boliviano (1999), Cuentos de la mina (2000), Entre tumbas y pesadillas (2002), Fugas y socavones (2002), Literatura infantil: Lenguaje y fantasía (2003), Poesía boliviana en Suecia (2005), Retratos (2006) y Cuentos en el exilio (2008).

Dirigió las revistas literarias PuertAbierta y Contraluz. Es miembro de la Sociedad de Escritores Suecos y del PEN-Club Internacional. Dictó conferencias en China, España, Alemania, Suecia, Francia, México, Venezuela, Estados Unidos y otros países. Su obra está traducida a varios idiomas y tiene cuentos en antologías internacionales. Está considerado por la crítica especializada como uno de los principales impulsores de la moderna literatura boliviana. Obtuvo el primer Premio Nacional de Cuento en la UTO, Bolivia, 1984; el Premio de Cuento Breve del Semanario Liberación, Suecia, 1988; el primer premio de Cuento de Escritores de la Escania, Suecia, 1993; fue uno de los ganadores del Concurso Internacional “Sexto Continente del Relato Erótico”, convocado por Radio Exterior de España (2010). Escribe en publicaciones de América Latina, Europa y Estados Unidos.

viernes, 19 de octubre de 2012


ENTREVISTA A DARÍO MANUEL LUNA


Respeto a todos los escritores sin discriminación

Por: Miguel Lundin

Dario Manuel Luna es uno de los integrantes de la generación Yerba X y ha escrito una excelente novela breve titulada “Khari Khari”, su deseo es inmortalizar la imagen de este personaje de nuestra mitologia andina. Y yo estoy bien seguro que ya lo ha logrado.

- ¿Desde que edad decidiste que la literatura era lo que realmente querías hacer en esta vida?

- No lo sé, pudo haber sido a mis ocho años, cuando me enteré, a través de la radio, que mis hermanos habían salido finalistas ganado en el festival de interpretación poética que estaba a cargo de la radio Bajai (supongo que se escribe así, no me acuerdo bien), allá por Oruro; o quizá haya sido a través de los cuentos populares que eran narrados por mi padre en noches en que, apostados con mis hermano, lo escuchábamos en silencio. Quizá pudo ser a mis trece años, cuando, con el primer sueldo de trabajo, me compré una guitarra y pude escribir canciones, luego poemas. Pero también pudo haber sido el amor, o las lecturas, no sé, creo que fue un proceso, ¿no crees?

-¿Qué historia cuentas en el cuento “Khari-Khari”?

- Amigo Lundin, debo aclarar en esta entrevista que el “Khari-Khari”, no es un cuento, es una obra literaria que tiene la intención de ser una novela corta a razón de su estructura y extensión narrativa. El “Khari-Khari” trata de la historia de Macario Salinas Medinaceli —joven egresado de la carrera de antropología, UMSA—, que decide ir de vacaciones a Copacabana, en su primer día, encuentra en el cerro Kesani un viejo pergamino con la escritura de aquel ser misterioso llamado, así mismo, Khari - Khari. Lo que viene después, yo mismo no sé cómo explicar, hasta el momento aún me encuentro perturbado. Sólo puedo decir que el Khari-Khari, existe.

- ¿Tienes trabajos inéditos actualmente?

- No sé, escribo y dejo de escribir, y en algún momento, no muy lejano, ni muy cercano, se convertirán para mi mala suerte en escrituras inéditas...

- ¿Escribes solamente cuentos o practicas otros géneros literarios?

- Yo escribo literatura, y en ese marco, el género me es irrelevante.

- Cuéntanos sobre tu primera experiencia narrativa y de cómo elegiste ser un narrador....

- Mi primera experiencia narrativa, gloriosa, hasta me decían señor, debí tener mis veinte años y ni siquiera había publicado un solo libro, ahora que he publicado mi primer libro, no soy nada, no soy nadie, sigo siendo un completo extraño en el mundo literario, ahora, nadie me dice señor; es más, nadie me dice nada. Les digo que soy escritor y se ríen en mi cara. Les dije que he publicado un libro y dudan de mi capacidad, ¿quién compra mi libro?, solamente los que sabemos, los amigos, los conocidos. La literatura está flaca en Bolivia, ¿o es el escritor quien esta flaco?, lectores, no los escucho.

- ¿Cuáles son tus influencias narrativas a la hora de escribir?

- Nelson Van Jaliri, Daniel Medinaceli, ambos, escritores potosinos, son los que me inspiran bastante, incluso para responder esta entrevista. Escribir, ya no es un asunto de influencia, ahora es un asunto del corazón, de la convicción y de la decisión. Escribir es reconocernos y de ver que es lo que estamos haciendo. Los grandes escritores tuvieron su tiempo, ahora el tiempo es nuestro, ha llegado el momento de hacer historia, como Nelson y Daniel en esas áridas tierras de Potosí.

- ¿Intentas rescatar las leyendas populares de la imaginación de los antiguos pobladores de Bolivia con cuentos como “Khari-Khari”?

- No. Eso sería una burla para nuestros hermanos. Yo voy más allá, algo que ni siquiera tú lo habrías pensado. La idea es inmortalizar universalmente al Khari-Khari, como aquella novela titulada: “Drácula”, nosotros también tenemos nuestro personaje misterioso, nada envidiable y, además, con nuestra propia cosmovisión.

- ¿Qué autores bolivianos contemporáneos son tus favoritos?

- No tengo autores bolivianos favoritos, respeto a todos los escritores sin discriminación.

- ¿Segurías escribiendo historias basadas en creencias folklóricas o ampliaras tus registros narrativos?

- ¿A qué te refieres con ampliar mis registros narrativos? ¿Te imaginas lo que hicimos por ampliar nuestros registros narrativos? Ni siquiera queremos hablar nuestro idioma nativo, al contrario, queremos hablar y escribir en inglés o francés. Quieres escribir buena literatura, fíjate primero en nuestra cultura, en nuestras raíces ancestrales. Debemos ser nosotros mismos, no pretender ser otro.

LUNA, para servirte...


Darío Manuel Luna es novelista y cuentista alteño. Autor de la novela corta Khari-Khari (Yerba Mala Cartonera, 2006) y del cuento Por qué estás llorando (2007), ganador del Concurso de Cuento Breve "Oscar Cerruto". Es miembro fundador de la editorial artesanal Yerma Mala Cartonera y responsable del blog literario: Letras Bolivianas (http://dariomanuel.blogspot.com/), que está en el ciberespacio desde octubre de 2006