domingo, 15 de diciembre de 2013

CINEASTA ALTEÑA CONTARÁ SU HISTORIA 
EN UN DOCUMENTAL


La familia de Delia Yujra no supo que ella estudiaba cine, sino mucho después. Su padre se enteró hace un año. 

Quien persevera, alcanza, reza una conocida frase, y una de las personas que puede constatar eso es Delia Yujra, la primera mujer de pollera cineasta, quien terminó sus estudios en la Escuela de Cine de El Alto recientemente y que ahora piensa en una especialización. Yujra viajó casi todos los días desde su población, Huatajata, hasta la urbe alteña desde 2009 y ya trabaja en llevar su historia de sacrificios a la gran pantalla. Entre otros de sus planes a futuro está la realización de un largometraje, que sería su "gran sueño". 

Ejemplo. "Lo más importante es saber que he llegado a donde estoy. Aunque sufrí mucho, sé que de ahora en adelante todo depende de mí", dice Delia, quien nació en Huatajata (provincia Omasuyos), en 1982. Durante cinco años, y casi a diario, tuvo que realizar el viaje desde esa población hasta El Alto, gastando de entre 20 a 25 bolivianos en pasajes. "Al principio quise rendirme, porque no tenía tiempo ni dinero y también debía cumplir con la chacra", dice en referencia a las labores de agricultura que aún realiza. 

Su interés por el cine nació, no de la inquietud por querer ser como alguien en particular ni porque haya sido un sueño desde su niñez, sino más bien fue por la discriminación que le tocó vivir. Cuenta que tras sufrir un accidente hace seis años en el lago de su pueblo, fue discriminda en un hospital. "Siempre fui la última en atender. Por eso me dio coraje. Quería demostrar que una mujer de pollera puede llegar alto", dijo. Además, el cine fue la herramienta para rescatar sus costumbres y la inquietud de cómo podía mostrar lo que pensaba, ya que escribe guiones basados en historias reales, de sus padres y abuelos. 

Actualmente tiene el plan de hacer un documental sobre su vida y la comparación con la de una cineasta de la ciudad. "Quiero ver ese sacrificio reflejado en la pantalla", dice. El guión estará listo para el próximo año. Además proyecta un largometraje, cuyo título tentativo sería La humillación y el coraje. 

Después de salir del colegio, Yujra tuvo la inquietud de seguir estudiando. "Uno de mis sueños fue ser abogada y después quise ser profesora de literatura, pero mi papá me decía que la mujer tenía que estar en la casa", comentó. Después vio una convocatoria para estudiar cine y así llegó esa oportunidad. "Llegué a El Alto por primera vez. En ese tiempo no sabía ni cruzar la calle", recuerda. 

Ingresó a la Escuela de Cine y tras concluir sus estudios, ahora se dedica a la realización de una pasantía. Piensa especializarse en guión y dirección. 

Yujra produjo y dirigió cinco cortometrajes de ficción y dos documentales. Además de la agricultura y el cine, Yujra teje camas con lana de oveja.

Fuente: Giannina Machicado,  La Prensa, 14/12/2013

sábado, 14 de diciembre de 2013

EL FANTASMA DE LA CHINA MORENA


Por Víctor Montoya

Se dice que cuando la China Morena se dirigía hacia el prostíbulo donde trabajaba, satisfaciendo los deseos sexuales de sus clientes, un hombre de contextura robusta y rostro desconocido la detuvo en la oscuridad de la calle, la intimidó con un puñal y la arrastró hacia el pasadizo angosto de unas viviendas, donde le sustrajo el dinero que llevaba en la cartera.

No conforme con esto, le cortó las orejas y la cosió a puñaladas, antes de abandonarla desangrándose en el suelo y sin que nadie se percatara del horrendo crimen que, por la crueldad con que actuó el asesino, conmocionó a la población entera apenas la prensa publicó la noticia junto a una fotografía que la mostraba ataviada con traje de China Morena en la apoteósica entrada de la Virgen del Carmen.

Bastaba ver la fotografía, para imaginarse que se trataba de una mujer de facciones finas y proporciones perfectas; pechos abultados y caderas amplias que suspendían las polleras a la altura de los muslos, sus trenzas largas y gruesas, tendidas hacia adelante, se le precipitaban hasta su escultural cintura, donde llevaba una ch’uspa sujeta al cinto, aparentemente llena de monedas de plata, de ésas que se acuñaban en la Casa Imperial de la Moneda en Potosí.

Desde el día en que empezó a ejercer el oficio de meretriz, recién cumplidos los veinte años de edad, nadie sabía dónde vivía, ni quiénes eran sus progenitores, salvo que entre sus compañeras y clientes asiduos era conocida como Consuelo, un nombre de pila que se lo ganó a pulso, no sólo porque era capaz de consolar al semental más insaciable, sino también porque los clientes más desdichados en el amor encontraban un verdadero consuelo entre sus brazos.

Llamaba la atención por su trato amable, su sonrisa sensual y su imponente figura, aunque en el fondo de su alma escondía las vejaciones a las que a veces era sometida por algunos de los borrachos inescrupulosos que solicitaban sus servicios. Con todo, según las mismas trabajadoras sexuales, era la única que complacía los caprichos más exigentes de los jóvenes clientes y la única que, con la destreza en su oficio y el ardor de su cuerpo, les devolvía la virilidad perdida a los más viejos.

Desde la noche en que le segaron la vida y fue enterrada como difunta NN en una fosa común, tras una autopsia que le practicaron los peritos en la morgue, el fantasma de la China Morena se aparecía en la Ceja de El Alto, vestida con polleras de color púrpura y escarlata, con joyas de oro y piedras preciosas en las orejas, los dedos y el cuello; unos botines de cabritilla, una manta chalón sujeta al hombro derecho con topo de plata, un sombrero de fieltro y una blusa escotada que dejaba entrever el naciente de sus senos parecidos a dos melones maduros, suaves y jugosos.

No había hombre que resistiera la tentación de sus carnes ni mujer que envidiara los encantos de su belleza; era una hembra que atrapaba la mirada de todos y provocaba revuelos allí donde se aparecía contoneando las caderas en su provocante caminar; es más, quienes se cruzaron en su camino, afirmaban que la China Morena llevaba una lata de cerveza en una mano y una matraca de quirquincho en la otra.

Los parroquianos, a poco de salir de su borrachera, comentaban haber visto el fantasma de la China Morena en los predios de la “Alcaldía Quemada”, como si aguardara la llegada de alguno de sus clientes, o bien la veían paseando por la Plaza del Lustrabotas, donde se aparecía para lamentar su dolorosa muerte y vengarse de los hombres que le causaron daños y traumas en su vida.

Su fama de prostituta profesional se perpetuó en la mente de sus clientes y sus historias de terror andaban en todas las bocas. No había una sola persona que no conociera algo sobre las maldades que encarnaba el fantasma de la China Morena. Y, aunque presentaba un aspecto de mujer inofensiva, era cruel con los borrachos, adúlteros y aficionados a los juegos de azar.

Para las prostitutas, que fueron sus leales compañeras, incluso para quienes le retiraron la palabra y la mirada por envidia y celo profesional, no cabía la menor duda de que el fantasma de la China Morena aparecía en la ciudad para cobrarse de muerta lo que le negaron en vida, para propinarles un castigo ejemplar a los hombres de mala fe y mala conciencia; pero ante todo, para reencontrarse cara a cara con su asesino, a quien le prometió, antes de desplomarse ensangrentada y moribunda, volver un día para arrancarle los testículos y dárselos a los perros.

No pocos dicen que poseía poderes sobrenaturales y que, de un momento a otro, hipnotizaba a los hombres que salían de los antros y, desorientados por los efectos del alcohol, deambulaban solos en las zonas periféricas de la ciudad, para luego llevárselos a rastras hasta los muladares, donde los abandonaba al nacer el día,  luego de bajarles los pantalones y aplacar sus impulsos sexuales.

Sus víctimas, al despertar desconcertados y tiritando de frío, se cubrían las vergüenzas y se retiraban a sus casas, con la certeza de que fueron poseídos por el fantasma de la China Morena, la misma que, en actitud de venganza y a modo de sentar el precedente de que son las mujeres quienes mandan sobre los varones domados, les dejaba, como advertencia y testimonio de su presencia entre los vivos, un chupón en el cuello y una cruz tatuada en el pecho.

Esta leyenda urbana, que se cuenta de boca en boca y en todos los ámbitos de la ciudad de El Alto, se ha extendido con el transcurso de los años, a tal extremo que no hay un solo cliente de los prostíbulos de la Zona 12 de Octubre, que no haya oído hablar algo sobre las destrezas sexuales de la China Morena ni nadie que haya quedado indiferente ante el atraco que le causó la muerte, nada menos que una arma blanca que le abrió el vientre y le destrozó las vísceras.

Algunos aseveran que no se irá tranquila de la ciudad y que su fantasma seguirá  rondando por las inmediaciones de La Ceja, mientras no dé con el paradero del hombre que le asestó las puñaladas aquella noche en que cerró los ojos por última vez, pero con la promesa de retornar otro día desde el más allá, dispuesta a vengarse de los hombres infieles y maltratadores, que no comprenden que una meretriz, por mucho de que se gane el sustento de la vida entregando su cuerpo como un objeto de placer, tiene también dignidad y merece todo el respeto de todos.

domingo, 8 de diciembre de 2013

VÍCTOR MONTOYA SERÁ CONDECORADO EN POTOSÍ 


El escritor Víctor Montoya, quien decidió alteñizarse voluntariamente desde que retornó de Europa el 2011, será condecorado por el Honorable Concejo del Gobierno Autónomo Municipal de Potosí, en reconocimiento a su importante aporte literario y su extensa labor cultural realizada tanto en Bolivia como en el exterior.

La sesión de honor, que tendrá lugar en el Palacio Consistorial de la alcaldía, el martes 10 de diciembre, a Hrs. 10 a.m., contará con la presencia de dirigentes de organizaciones sociales, el presidente del Honorable Concejo Municipal, el burgomaestre René Joaquino Cabrera y otras autoridades departamentales.

La condecoración se llevará a cabo en el marco de la celebración del Día de los Derechos Humanos, que la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció para el 10 de diciembre desde 1950; fecha que para Víctor Montoya, expreso político y exiliado durante la dictadura militar de los años 70, es de vital importancia, “no sólo porque forma parte de la democracia política en cualquier parte del mundo”, según manifestó el autor, “sino también porque abracé desde siempre los ideales basados en los principios de la justicia social, la libertad y la plena igualdad entre los seres humanos, quienes deben exigir el respeto a su dignidad dondequiera que se encuentren”.


Esta condecoración se sumará a  otros reconocimientos que recibió el escritor paceño, cuya obra literaria está traducida a varios idiomas. Es autor de cuentos, novelas, ensayo y crónicas periodísticas. Tiene cuentos en antologías nacionales y extranjeras. Escribe en publicación de América Latina, Europa y Estados Unidos.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

PELÍCULAS URUGUAYAS SE VERÁN EN EL ALTO


Ciclo. Desde el viernes se proyectarán seis filmes

Éxito. La producción de terror ‘La casa muda’ fue la cinta más taquillera de Uruguay y tiene un remake. paraver.com.uy

Tres ficciones y tres documentales forman parte de la segunda Semana de Cine Uruguayo que se realizará a partir del viernes en la Cinemateca Boliviana (Óscar Soria 100) y la próxima semana en el Teatro Compa de la ciudad de El Alto (calle 17 A de Ciudad Satélite).

“Nuestro objetivo es que cada vez más gente pueda disfrutar de estas producciones, muchas de ellas reconocidas por la crítica, tanto en nuestro país como en el exterior”, destacó el embajador uruguayo, Carlos Flanagan, luego de anunciar la presentación del ciclo en El Alto los días 30 de noviembre y 2 y 4 de diciembre, a las 19.30. El ingreso es libre.

Una de las características de la selección de este año es, indicó el diplomático, que se tocan temas que se reproducen, en mayor o menor medida, tanto en Uruguay como en Bolivia. Así, las cintas que forman parte de la muestra hablan de la violencia de las pandillas en barrios populares (Reus), el difícil mercado laboral y la necesidad de capacitarse que tiene el empleado (Norberto apenas tarde) y las leyendas urbanas de un país (La casa muda).

Dos de los documentales exponen las heridas que se encuentran todavía abiertas de la dictadura en Uruguay. El cultivo de la flor invisible expone la búsqueda de los desaparecidos y El círculo cuenta la historia de Henry Engler, médico secuestrado por el régimen militar.

Flanagan destacó que la cinematografía uruguaya es una vitrina mediante la que otras naciones han descubierto el talento de ese país. Como ejemplo mencionó a La casa muda, que tras su estreno, la estadounidense Laura Lau adquirió los derechos para producir y dirigir un remake hollywoodense en 2012.

La exhibición comienza el viernes con la proyección de Reus en la Cinemateca a las 19.30. En El Alto será la cinta Norberto apenas tarde. Más información en la web cinematecaboliviana.org.

Historias verídicas

Terror
La casa muda se basa en hechos que ocurrieron en Uruguay en la década de los 40, cuando se encontraron dos cuerpos mutilados, rodeados de fotografías.

Igualdad
El casamiento cuenta las peripecias que pasa una pareja homosexual para su boda.

Fuente: La Razón / Jorge Soruco / La Paz / 27 de noviembre de 2013


lunes, 18 de noviembre de 2013

JÓVENES ALTEÑOS QUIEREN HACER CINE 
PERO SUFREN LIMITACIONES


Según la Dirección de Cultura de El Alto, en 2014 los estudiantes podrán acceder al título de técnico superior y se construirá un edificio más acorde al área

Delia Yujra, una mujer  de pollera que vive en Huatajata, tarda tres horas  en     llegar a sus clases de cine  de   la Escuela Municipal de las Artes (EMDA) que se desarrollan  en el Centro de Recursos Pedagógicos (CRP) Bartolina Sisa en la zona Villa Adela de El Alto.


"Quiero mostrar la cultura y las necesidades que hay en mi pueblo,  rescatar historias que me han contado mis abuelos y convertirlas en cortometrajes”, indicó la estudiante.
Delia es parte  de  20 estudiantes con un gran deseo de hacer cine en El Alto pese a muchas  limitaciones. En una visita que hizo este medio a sus dos instalaciones, se  constató que sólo cuentan con dos televisores y un equipo de DVD para su aprendizaje.


Al inicios de este año se inscribieron al área de cine alrededor de 100 jóvenes, sin embargo hubo una  deserción de 80%.

Una de las estudiantes de tercer año, Nataly Carrión,  dijo  que los primeros meses filmaban sólo  con una cámara fotográfica y compartían sus pocos aparatos tecnológicos. "Si bien hay ganas, no tenemos el material adecuado para hacer cine. Es como incentivar una escuela de natación sin tener piscina”, manifestó.


A su vez, los docentes que ganan 1.750 bolivianos al mes por cuatro  horas a la semana reciben sus sueldos con una demora de dos a tres meses, y deben presentar todos los meses una serie de documentos, según indicó el docente de guión, Claudio Araya.
 
"La escuela existe gracias al amor y esfuerzo de sus alumnos y a la necesidad de tener un espacio cultural que se merecen  por derecho. Ellos apoyan la permanencia de sus docentes y luchan contra la inoperancia de la Alcaldía”, agregó Araya. Otro de los estudiantes, Omar Mayta, opina que el área de cine  debería cerrarse porque "hay un  manejo político que   perjudica al conocimiento”, dijo.


Según el responsable de la EMDA, Marcelo Romano, el  presupuesto de esa instancia para la  contratación de docentes y coordinadores es de   1.688.000  bolivianos. Para el área  de  cine se destinaron  112.640 bolivianos.


A su vez, se cuenta con  230 mil  bolivianos para la infraestructura de   las ocho áreas, incluida la de cine (ver punteo). Aunque  Romano  dijo  que de enero a la fecha no se  compró  ningún aparato tecnológico para el área de cine.


Ante  esta problemática, el director de Cultura y Descolonización del gobierno municipal de El Alto (GAMEA), Ivar Iriarte,  aseguró  que el material con el que se cuenta  es el adecuado, tratándose  de la poca cantidad de alumnos que tiene  Cine.


Iriarte aseguró que en 2014  se  construirá un edificio  en  la Alcaldía Quemada, con   60 millones de bolivianos y que tendrá  instalaciones adecuadas para las áreas de arte. Contará con estacionamiento y  teatro para 2.000 personas.


A su vez, informó  que se aprobó una nueva malla curricular para que   los estudiantes de las ocho áreas obtengan   el diploma de técnico superior.


El asistente del área de cine y artes audiovisuales, Nelson Martínez, explicó que las materias principales son guión, producción, fotografía  y sonido. La nueva malla curricular se orientará a los formatos de  televisión y  proyectos cinematográficos.


Una de las virtudes de esta escuela, dijo Martínez, es que abre el conocimiento a personas con escasos recursos económicos mientras que antes, estudiar cine  era exclusivamente para un sector "privilegiado”.


Sin embargo, agregó que   se requiere equipamiento técnico, una administración eficiente y menos burocrática e incentivos para la propia producción.  "No podemos enseñar sin tener equipos básicos de registro y edición. Se requiere un compromiso de las autoridades  para la formación pública”, indicó.


Más  información

 Arte  La Escuela Municipal de las Artes (EMDA) cuenta con 6.976 alumnos y 83 docentes repartidos en ocho áreas: música folklórica, música clásica, danza folklórica, danza clásica, cinematografía, artes escénicas, artes plásticas y música moderna.


 Historia El área de cine  de  El Alto se fundó en 2008. El público puede contactarse con la escuela a través de la cuenta del curso en  Facebook: Escuela de Cine - El Alto.



Fuente: Página Siete, Margarita Palacios, 17/11/2013

jueves, 14 de noviembre de 2013

AYER SE PRESENTÓ “CONVERSACIONES CON EL TÍO DE POTOSÍ”


El miércoles 13 de noviembre, en el Salón Consistorial de la Alcaldía, se presentó en acto solemne el libro “Conversaciones con el Tío de Potosí”, del escritor Víctor Montoya, ante los medios de prensa y el público interesado en el tema. El acto contó con la presencia de las autoridades edilicias y de la Gobernación del departamento de Potosí. La inauguración estuvo a cargo de Humberto Morales, Oficial Mayor de Desarrollo Humano y Cultura, quien destacó la labor que realiza el Municipio a favor de la promoción y difusión de la literatura relaciona con el pasado y el presente históricos de la ciudad.

Tomás Cortez, en representación del Magistrado Pastor Segundo Mamani, autor del prólogo del libro, y del Centro Cultural Nuevos Horizontes, hizo una reseña del contenido de la obra y trazó un esbozo biográfico de Víctor Montoya, a quien lo consideró uno de los escritores más representativos de la literatura minera a nivel nacional e internacional, no sin antes elogiar el compromiso político del autor, quien, durante la dictadura militar de los años 70, fue condenado a la prisión y el exilio. Dijo también que los relatos del libro ofrecen una lectura amena, ya que los diálogos con el Tío de la mina están construidos sobre la base de la ironía, las reflexiones en torno a la problemática humana y el sentido del humor, recursos poco frecuentes en la literatura nacional.  

René Joaquino Cabrera, Alcalde del Gobierno Autónomo Municipal, manifestó que la obra literaria de Víctor Montoya rescata una temática que interesa no sólo a los ciudadanos potosinos, sino también a los turistas que visitan la ciudad interesados por conocer las tradiciones mineras vinculadas al Tío. “un personaje que es tan conocido fuera de Bolivia como el mismo Cerro Rico”, afirmó en su intervención, a tiempo de felicitar al autor por entregar este valioso libro que, como parte del proyecto de apoyo a  la impresión de obras inéditos, será distribuido gratuitamente a través de las bibliotecas, el Museo Minero, la Casa de la Moneda, las instituciones culturas y los centros dedicados al turismo.

En el acto no faltaron las palabras de las representantes de la Gobernación, Martha Urdininea, y del Honorable Concejo Municipal, quienes ponderaron la publicación de un libro dedicado a la ciudad de Potosí y felicitaron al autor por contribuir, desde la literatura, a rescatar y destacar las tradiciones culturales de uno de los departamentos que más beneficios aportó al país desde la época de la colonia.   

Por último, Víctor Montoya agradeció al Gobierno Autónomo Municipal por su incondicional apoyo en la publicación de “Conversaciones con el Tío de Potosí”, que, según sus palabras, es una obra que pone de relieve al Tío de las minas del Cerro Rico, donde se explotaron ingentes cantidades de riquezas minerales y murieron miles de mitayos y mineros desde la fundación de la Villa Imperial. No dejó de recordar su infancia en las poblaciones del norte de Potosí, donde escuchó hablar por primera vez, en boca de su abuelo, las leyendas del Tío de la mina. Recordó también que este ser ambivalente entre lo divino y lo demoníaco lo fascinó desde siempre y que hoy, con todas sus características, es uno de los personajes más conocidos de su mundo literario.

“Conversaciones con el Tío de Potosí”, dijo Montoya, “es una obra que ha sido escrita para enriquecer el acervo cultural de una ciudad que, más que el olvido, merece el reconocimiento de todos los ciudadanos y todas las autoridades del país, porque Potosí ha sido la columna vertebral de la economía nacional durante siglos”.

El acto concluyó con un brindis de honor y el libro se distribuyó entre los presentes, que no dudaron en hacer fila para obtener el autógrafo del autor, quien dijo considerarse un potosino de corazón y uno de los cronistas contemporáneos de este departamento, que todavía tiene muchos secretos que revelar al mundo a través de la literatura. 

viernes, 8 de noviembre de 2013

PROYECTO ALUCINE ARRANCA HOY EN LA UPEA


Hoy, en la Universidad Pública de El Alto (UPEA), se iniciará la gira nacional de Alucine, una caravana de cine ambulante que viajará por 41 municipios hasta febrero de 2014. El proyecto de la productora Cinenómada presentará la más reciente película de Juan Carlos Valdivia “Yvy Maraey – Tierra sin mal”, que actualmente se encuentra en cartelera de cines de La Paz. 

Alucine visitará pequeños e intermedios municipios de los departamentos de Cochabamba, Santa Cruz, Chuquisaca, Tarija y Potosí, donde se  invitará a todos los ciudadanos, estudiantes y visitantes del lugar a ver la nueva película del director de “Zona Sur”. 

“Yvy Maraey – Tierra sin mal” cuenta la historia del intento desesperado de un cineasta por encontrar la historia de su próxima película. En esta búsqueda se interna en un viaje por el sur este boliviano en compañía de un indígena guaraní, quien será su guía para encontrar a aquellos hombres en tapa rabos que había retratado el antropólogo sueco Erland Nordenskiold. Conocer para crear; el cine es un arma de destrucción, morir y despertar en el sueño del otro, son las temáticas que esta obra pone en discusión.

“Hay algo en ‘Yvy Maraey’ que el realizador logra con su desafiante planteamiento, es que la película fluya en dos grandes ríos: el del descubrimiento exterior, el fascinante mundo indígena de los llanos; y el del descubrimiento interior, complejo, traumático, intrincado,” escribió el historiador y expresidente Carlos D. Mesa.

Con la caravana de Alucine, Cinenómada quiere dar a las poblaciones la posibilidad de ver una película de gran calidad sobre pantalla grande, filmada en el Chaco boliviano con la participación de la comunidad guaraní. Además que trata dos temáticas actuales ahora en nuestro país, como la construcción de identidad y la interculturalidad. Esa plataforma móvil brinda la posibilidad de llegar a los más recónditos lugares de Bolivia, como una manera de construir un puente para unir Bolivia.

Alucine viajará con un equipo de proyección HD, que incluye una pantalla inflable de 6 x 11 metros, con sonido profesional, fabricada exclusivamente para garantizar la calidad de las obras que se proyectarán. El viaje será posible gracias a la participación de Repsol y Banco Bisa. “Igualmente, queremos invitar a otras empresas e instituciones a sumarse a la iniciativa. Esperamos también contar con el apoyo de los municipios, gobernaciones y empresas locales para lograr éxito en las presentaciones”, comentó el director Juan Carlos Valdivia.
Fuente: El Diario, 8/11/2013

miércoles, 30 de octubre de 2013

NUEVO LIBRO DE  VÍCTOR MONTOYA SE PRESENTARÁ 
EN LA FERIA INTERNACIONAL DE CULTURA EN POTOSÍ


“Conversaciones con el Tío de Potosí”, el más reciente libro del escritor Víctor Montoya, será presentado la segunda semana de noviembre en la ciudad de Potosí, en el marco de las celebraciones de los 468 años de fundación de la Villa Imperial, que este año tendrá un espacio dedicado a la Feria Internacional de Cultura.

El libro está prologado por el Magistrado Pastor Segundo Mamani e ilustrado con imágenes del Tío de la mina. Su publicación está auspiciada por el Gobierno Autónomo Municipal, debido a que en sus 230 páginas se aborda una temática relacionada con las tradiciones mineras de esta ciudad que, desde el descubrimiento de los yacimientos de plata en el Sumaj Orq’o, fue codiciada por las monarquías europeas durante la colonia y trascendió al tesauro del idioma español con la frase: “Vale un Potosí”, escrita por Miguel de Cervantes en su monumental obra “Don Quijote de la Mancha”.      

El personaje central de la obra de Víctor Montoya es el Tío de Potosí, un ser ambivalente entre lo profano y lo sagrado, que habita en los tenebrosos socavones del Cerro Rico. Es una de las deidades centrales en la cosmovisión andina y un personaje fantástico en el mundo minero, donde los mitos y las leyendas se ensamblan con la tradición oral de las culturas ancestrales.

Los mineros, sentados al alrededor de su impresionante estatuilla, a la usanza de los mitayos de antaño, le rinden pleitesía ofrendándole hojas de coca, cigarrillos y aguardiente, a modo de congraciarse con él, a quien lo consideran dueño de las riquezas minerales y amo de los trabajadores del subsuelo.

Los treinta textos del libro, escritos con irreverencia, fino sentido del humor y destreza narrativa, son una prueba de que el autor, mediante los recursos propios de la imaginación, fue capaz de entablar una serie de conversaciones amenas con uno de los  personajes más emblemáticos de la tradición popular, como si de veras estuviesen sentados frente a frente, delante de nuestros ojos, deleitándonos con la magia del verbo y la sabiduría.

Con la publicación de esta nueva obra, auspiciada por el Gobierno Autónomo Municipal de Potosí, bajo la gestión del burgomaestre René Joaquino Cabrera, se confirma que Víctor Montoya, considerado hijo legítimo de las entrañas mineras, ha logrado convertir al Tío de la mina en uno los principales protagonistas de su magnífica creación literaria.

viernes, 25 de octubre de 2013

PRIMER LIBRO DE UN POETA ALTEÑO


“Toda sombra es un abismo y otros poemas” (Ed. El Objeto Maravilloso, La Paz, 2013), de Rodny Montoya Rojas (El Alto, 1981), se trata de una propuesta interesante en el ámbito de la literatura alteña que, mediante el uso de metáforas y expresiones propias del lenguaje coloquial,  nos permite vislumbrar el mundo cognoscitivo de este joven autor, quien se presenta ante sus lectores de un modo sui géneris: “Carnívoro y poeta, cree en ovnis y no en la iglesia. Tiene la locura quemada por el sol y sufre del mal de altura”. 

Mónica Velásquez, en el prólogo del libro, nos dice: “Abismo, sombra y palabra es un triángulo frecuente en la poesía contemporánea. En esta escritura, sin embargo, dicha tradición toma sus singularidades y lenguaje propios. Si el abismo es lo innombrable, radica justamente en su latencia, a punto de abordar o revertir cualquier significante. Mientras, la sombra se disfraza de tradición o de inquietudes, pero en todo caso suele estar a la vera del sujeto poético. La palabra se sitúa al filo de la vida, su nacimiento es dificultoso, pasa por el ojo de una aguja o por los acosos de la invisibilidad o por repeticiones que, a manera de una oración o un conjuro, intentan, por fin, nominar…”.

Los poemas de esta colección, según manifestó el autor, los escribió entre 2004 y 2012. Las ilustraciones, tanto de la portada como de las páginas interiores, fueron realizadas por el artista Xavier Pino.

martes, 22 de octubre de 2013

ALBOR PUBLICA ”MUÑECOS, HECES Y REFLEJOS”

Esta breve antología de poemas y relatos es una muestra de lo mucho que tienen por ofrecer los/las jóvenes de la ciudad de El Alto. En ”Muñecos, Heces y Reflejos”, que es un libro transparente, como la radiografía del alma, se refleja la preocupación de un grupo de talleristas que, en su inquietud por describir la realidad urbana contemplada desde las cuatro esquinas, juegan con las palabras, las ideas y las imágenes poéticas que, con mayores o menores aciertos, logran atrapar los aspectos más peculiares de una ciudad atravesada por los idiomas y las costumbres de diversas culturas.

En la introducción del libro, que lleva la firma del escritor Víctor Montoya, se dice que este pequeño libro, elaborado de manera artesanal, es el fruto de un Taller de Literatura, donde participaron una veintena de jóvenes interesados por cultivar el arte de la palabra escrita. El Taller contó con los auspicios del Centro de Arte y Cultura ALBOR; una organización juvenil que cumple con un cronograma de actividades concernientes a la literatura, la declamación y el arte escénico.

A manera de introducción

Por Víctor Montoya

Un Taller de Literatura, como el que se llevó a cabo en la sede de ALBOR, puede constituirse en un nuevo semillero de poetas y narradores alteños, al menos si se lo considera no sólo una instancia donde aflora el fulgor de la fantasía y la palabra, sino también un instrumento destinado a cumplir una función social al servicio de los ideales más nobles de una comunidad, que empuja las ruedas de la historia en un proceso de cambio en el que se requiere de la participación activa de los intelectuales y artesanos del verso y la imaginación.

La intención de cualquier escritor novel es siempre la de escribir cada vez mejor, ya sea en prosa o en verso, debido a que la palabra escrita es una de las formas de comunicación más apreciable para expresar emociones, sentimientos, ideas filosóficas e inquietudes sociales, que forman parte de la interrelación habida entre el individuo y la sociedad.

El poeta, como el narrador, es el artífice del lenguaje figurado capaz de transformar la realidad racional en un mundo en el que se funden la pasión y la imaginación en un mosaico que expresa, de un modo consciente o inconsciente, las cuestiones que ocupan la mente y el corazón de los seres enamorados de la vida, la libertad y la justicia.

La finalidad de este Taller, desde sus inicios, fue fomentar el apoyo a los poetas y narradores jóvenes de El Alto, deseosos de aprender a versificar y expresar sus ideas de una manera más coherente, sentida y elegante, usando siempre los parámetros de la literatura modernista, que no conoce fronteras que la atrapen ni esquemas premeditados y doctorales. Este Taller les hizo tomar conciencia de que las situaciones y los pensamientos que inspiran las sensaciones arrobadoras o misteriosas, ensoñación, melancolía, alegría o ideas de belleza y perfección, es la vida misma, la realidad cotidiana y las aspiraciones de un futuro placentero para todos.

En este Talle de Literatura, donde se dieron cita jóvenes con mayor o menor experiencia en el oficio de tejer ideas y palabras, se plantearon tres temas principales en torno a los cuales debían girar los poemas y relatos breves. Cada uno de ellos ligado a elementos que, con el devenir del tiempo, acabaron siendo tópicos que identifican a una ciudad en pugna por alcanzar la modernidad, a pesar de los problemas que lo acechan en plazas y avenidas, en las noches y en los días, como son los muñecos colgados en los postes de las esquinas y los perros andariegos que nos recuerdan que ellos también son habitantes de una ciudad cosmopolita, cuya demografía se disparó en los últimos decenios.

En los poemas y relatos de esta entrega, modesta pero significativa, se explayan también otros temas intimistas, con la intención de que las proyecciones y los reflejos de uno mismo encuentren el eco de su propia voz. El poeta habla en primera persona, como si, en primer lugar, sus versos estuviesen dirigidos hacia sí mismo, con la fuerza de un existencialismo devorador que desemboca en lo más hondo de su ser, para luego virar en otras direcciones, en procura de llegar a la sensibilidad de los lectores que, acaso sin darse cuenta, internalizan lo expresado por el poeta.

Al término de este Taller de Literatura, se comprobó que la poesía, como el relato breve, es el género literario que mejor expresa, de un modo estético, los sentimientos y pensamientos de una persona que, en atribución a los deseos de su fuero interno, juega con las ideas y palabras en un intento por manifestarse de una manera bella y concisa, como si en cada uno de los cultores de la palabra escrita se escondiese un mago que convierte la realidad circundante en una serie de metáforas y frases con propiedades de síntesis y asociación, que se posan en el alma como mariposas que buscan un asidero en las flores de un jardín hecho de ritmo, pasión y armonía.

Para quien escribe estas líneas fue un hondo placer trabajar con estos jóvenes alteños que, hermanados por las ansias de concederle una identidad literaria a la ciudad, cumplieron con interés todos los parámetros trazados por el Taller, cuyo resultado final ahora tienen ustedes en sus manos, como un testimonio más de lo mucho que se está haciendo en El Alto en materia de literatura. 

lunes, 30 de septiembre de 2013

VÍCTOR MONTOYA FUE CONDECORADO
 CON LA MEDALLA “JUANA AZURDUY DE PADILLA”

La Concejal Bertha Acapari y el escritor Víctor Montoya

En una ceremonia especial celebrada en el Teatro de Cámara de la Alcaldía Quemada de la ciudad de El Alto, este lunes 30 de septiembre, la concejal Bertha Acarapi, en representación del Honorable Concejo Municipal y en uso a sus atribuciones, le confirió la “Condecoración prócer ‘Juana Azurduy de Padilla’, con la Orden al Mérito Cultural, al Sr. Víctor Montoya, escritor y periodista cultural, por su destacada trayectoria y apoyo a la cultura de la ciudad de El Alto”.

El autor se mostró notablemente emocionado ante una vasta audiencia, que colmó el Teatro de Cámara, y agradeció a las autoridades ediles por el reconocimiento a su labor literaria y cultural, que viene desarrollando desde más de tres décadas tanto el exterior como en el interior del país.

“Desde que retorné a Bolivia y me establecí en la zona de Ciudad Satélite, me siento un alteño más”, manifestó Montoya en su exposición. “Elegí está ciudad no sólo porque es la más joven y la segunda más poblada de Bolivia, sino también porque es una ciudad revolucionaria. Aquí se marcó un hito histórico desde la Guerra del Gas, en octubre de 2003, y aquí se decidió el nuevo rumbo que debía tomar el país en provecho de la soberanía nacional, la libertad, la justicia social y la democracia participativa”.

La ciudad de El Alto, en opinión del escritor paceño, es una urbe que tiene mucho que ofrecer a Bolivia y al mundo. Cuenta con una composición demográfica atravesada por diferentes culturas e idiomas nacionales y es cuna de una juventud con ganas de visibilizar las diversas manifestaciones culturales que, debido a la falta de atención de parte de las instituciones y autoridades pertinentes, se han movido desde hace varias décadas en el silencio y la marginalidad.

Víctor Montoya, autor recientemente condecorado por el Gobierno Autónomo Municipal, en su afán de rescatar los valores literarios de la ciudad, dijo que está trabajando en la elaboración de una antología de poetas y otra de narradores alteños, con la intención de dar a conocer, en una versión completa y actualizada, la producción literaria que hasta la fecha se encuentra dispersa en diferentes medios.

Asimismo, adelantó que está escribiendo una serie de “crónicas alteñas”, motivado por la historia y la multifacética cultura de esta ciudad, que despertó su interés desde que retornó de Europa. Dicta conferencias en establecimientos educativos y dirige talleres de literatura destinados a los jóvenes creadores, quienes están intentando rescatar, por medio de la palabra escrita, el acervo de sus ancestros, los contextos socio-lingüísticos e interculturales de una ciudad compleja y contradictoria como es El alto, donde el escritor Víctor Montoya estableció su residencia desde el año 2011.

viernes, 27 de septiembre de 2013

VÍCTOR MONTOYA SERÁ CONDECORADO
 POR EL MUNICIPIO ALTEÑO


El lunes 30 de septiembre, a Hrs. 10:00 am., el escritor boliviano Víctor Montoya será distinguido por el Honorable Concejo Municipal con la Medalla “Juana Azurduy de Padilla”, con la orden al mérito cultural personal por su destacada trayectoria y su apoyo a la cultura de la ciudad de El Alto. El solemne acto, que contará con la presencia de distinguidas personalidades del ámbito cultural y político, se realizará en el Teatro de Cámara de la Alcaldía Quemada.

Víctor Montoya, quien decidió alteñizarse voluntariamente desde su retorno a Bolivia el 2011, tiene en su haber una serie de obras literarias que reflejan la realidad política y social de un país en constante superación. Su trayectoria está marcada por sus años de exilio durante las dictaduras militares y su labor al servició de las luchas revolucionarias que pugnaron por reconquistar la democracia y la libertad en el marco de un sistema social más justo para todos los bolivianos.

Entre las organizaciones que impulsaron el reconocimiento del autor, ante el Honorable Concejo Municipal del Gobierno Autónomo de El Alto, se encuentran la Central Obrera Regional, la Biblioteca y Archivo Histórico de la Asamblea Legislativa Plurinacional, la Academia Boliviana de Literatura Infantil y Juvenil, la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz, la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY-filial Bolivia), el Centro de Arte y Cultura ALBOR, el Círculo Literario de El Alto, la Defensoría del Pueblo y la Institución Eco Jóvenes de Bolivia.

Una condecoración reviste un enorme significado para cualquier escritor que necesita del estímulo no sólo de sus lectores, sino también del reconocimiento público de la colectividad, a la cual dedica su vida y su obra como comunicador social y trabajador de la cultura. “Me siento muy honrado de ser distinguido con la Medalla “Juana Azurduy de Padilla”, manifestó Montoya. “Se trata de una heroína nacional que, enarbolando las banderas libertarias en los campos de batalla, ofrendó su vida a la causa de los patriotas que combatieron contra la opresión colonial”, concluyó

jueves, 26 de septiembre de 2013

ALBOR CONVOCA AL PREMIO DE POESÍA 
“PLUMA DE PLATA - MATILDE CASAZOLA"


La séptima versión, es un nuevo portal de la poética  juvenil. Su éxito proyecta a los poetas a visibilizar su arte, en tiempos de cambio.

El Centro ALBOR Arte y Cultura, el Círculo Literario de El Alto en coordinación con el Ministerio de Culturas y Turismo, a través de la Dirección de Promoción Cultural, anuncian  el lanzamiento de la  Séptima versión del Premio Pluma de Plata, el concurso de poesía está dirigida a jóvenes de diferentes regiones del país.

Según los organizadores podrán participar jóvenes escritores que comprendan las edades de 15 a 28 años de edad, quienes deben escribir sus poemas con temática libre y estás podrán ser escritos también en idioma nativo.

“Es un espacio para rescatar y generar a nuevos valores. Por ello hemos previsto una convocatoria de fácil acceso, nada burocrático. Deseamos que participen la mayor cantidad de poetas jóvenes para engrandecer nuestra literatura contemporánea”, sostuvo Leticia Guarachi, Responsable del Círculo Literario de El Alto.

Se tiene previsto elegir los mejores 30 poemas para publicarlos en el libro “Pluma de Plata 2013” que será editado por el Ministerio de Culturas y Turismo, de manera que no sólo se quede en concurso, sino también se pueda plasmar las inspiraciones, en un libro como en las anteriores gestiones.

María Elena Cárdenas recordó que el evento era organizado por el Gobierno Municipal de El Alto hace 13 años atrás pero por temas coyunturales y cambio de autoridades fue dejado de lado, no obstante los jóvenes de Albor decidieron retomar esta iniciativa que tenía, desde su inicio, el propósito de promover la escritura y lectura. El 2011 se hace el relanzamiento donde tiene gran acogida por los jóvenes poetas.

La VII versión del Premio de composición poética “PLUMA DE PLATA” rinde un merecido homenaje a la escritora  chuquisaqueña Matilde Casazola Mendoza, una poetisa y compositora de canciones bolivianas que ha logrado entrelazar la poesía y la música, mostrando la tradición de su país.

MODALIDAD

La modalidad del concurso consiste en la presentación del poema con dos copias originales, que deben ser entregadas en un sobre, y en otro sobre dos fotocopias del carnet de identidad del participante más sus datos personales. Todos los requisitos deberán ser entregados hasta el 20 de octubre para el interior del país, a la casilla postal 25069 y hasta el 23 de Octubre para los participantes de las ciudades de La Paz y El Alto, en el mes de noviembre se efectuará la premiación correspondiente, cuyo ganador se hará acreedor  a la  estatuilla  “Pluma de Plata, además de diplomas y lotes de libros.

Los trabajos deben ser llevados a las oficinas de ALBOR ubicadas en la calle Constantino de Medina, ubicada en la calle 6 de la zona Villa Dolores.

Los organizadores adelantaron que el próximo 6 de octubre, en el marco de la Feria Internacional de la Cultura en Sucre, realizarán el Lanzamiento de la Convocatoria de Composición Poética “Pluma de Plata- Matilde Casazola”, en el Encuentro Literario. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

FERNANDO ARZE ESTRENADA EN EL ALTO
“UNA COMEDIA DE ERRORES”


Teatro. “El santo y la chancha”, del escritor brasileño Ariano Suassuna, se presentará mañana a las 20.00 en el teatro Compa&nbsp

“Un brizna de aire fresco”, así define el dramaturgo boliviano Fernando Arze a El santo y la chancha del brasileño Ariano Suassuna. La puesta, resultado de una convocatoria de la Embajada de Brasil, se estrenará en el teatro Compa de El Alto.

La producción, que mañana llegará al escenario alteño, fue seleccionada por la legación diplomática brasileña con el propósito de promocionar a sus artistas. Ése es el caso de Suassuna, un reconocido novelista, poeta y dramaturgo considerado entre los más importantes en el vecino país.

“Siempre quise actuar o dirigir una de las obras de Suassuna, ya que son fantásticas. Cada una de  ellas se ambienta en un mundo mágico que permite jugar con los personajes y las situaciones más inverosímiles”, explicó Arze en una conversación con La Razón.

El dramaturgo recordó que, en su momento, los críticos cuestionaron las obras del autor brasileño, sin embargo éste respondió que sus obras se desarrollan en “otro mundo” y que le permiten hablar y cuestionar la realidad. Tal es el caso de la obra que Fernando Arze tradujo y adaptó.

La trama gira en torno a Eudoro, un hombre extremadamente avaro, quien recibió una carta de un terrateniente rico y dueño de muchas de las tierras de la zona. La misiva despertó el temor del protagonista, interpretado en esta ocasión por Luigi Antezana. -“Vendré a visitarlo para quitarle su bien más preciado”, se lee-. Entonces, Eudoro intuyó que el millonario (Bernardo Peña) planificaba robarle una chancha (alcancía) de madera donde guardaba sus ahorros, pero en realidad lo que quería el millonario era pedir la mano de su hija en matrimonio.

A partir de esta premisa se desata una serie de enredos en los que llegan a involucrarse quienes habitan en la casa de Eudoro, incluyendo su empleada (Soledad Ardaya), que busca el dinero para poder casarse, y los vecinos.

“Es una comedia de errores básica”, explicó el director. “Puede parecer algo ingenua, ya que fue escrita en 1957, pero toca y critica temas reales, entre ellos la devoción que una persona puede llegar a sentir hacia un santo (en este caso a San Antonio) y, simultáneamente, al dinero”.

El estreno de la obra será a las 20.00 de este viernes en el teatro Compa de El Alto (Ciudad Satélite). “Parte del acuerdo (con Brasil) fue tener, al menos, una función en El Alto”, precisó Fernando Arze. La próxima semana, la pieza se presentará en el teatro Modesta Sanginés de la Casa de la Cultura, los días viernes 20 y sábado 21. Las primeras funciones serán gratuitas.

Un director con perfil destacado

Con una dilatada carrera en Bolivia, Brasil y Estados Unidos, Fernando Arze es uno de los principales representantes del país. Es actor y director de teatro, cine y televisión.  En Bolivia, actuó en las películas El Atraco, Corazón de Jesús, La Cacería Del Nazi, El Ascensor y la reciente Carga Sellada que estrenará este año.

Se formó profesionalmente en la American Academy of Dramatic Arts de Nueva York y creó su propia compañía. Posteriormente, radicó en Río de Janeiro, donde armó la Companhia Teatro de Demolição y el grupo Cia Independente de Nós Mesmos y participó en varios filmes.

Fuente: La Razón / Jorge Soruco / La Paz/ 12/09/ 2013 

martes, 3 de septiembre de 2013

EL TÍO DE HOJALATA


Por Víctor Montoya

En la ciudad de El Alto, donde abunda el congestionamiento de vehículos, las basuras tiradas a su suerte, los perros callejeros y las pandillas de delincuentes, abundan también los mercados de alimentos, las casetas de comidas típicas y los thantakhatus de ropas usadas y cachivaches diversos.

En la Feria de la Zona 16 de Julio, donde pululan turistas y alteños todos los jueves y domingos, puede encontrarse desde un tornillo oxidado hasta un automóvil último modelo. Los vecinos aseveran que se trata de la Feria más grande de América Latina. Aquí se dan cita miles y miles de comerciantes informales que, hacinados en las aceras de al menos diez calles y avenidas extensas, ofrecen sus mercaderías, incluso las usadas y robadas, al mejor postor y a plena luz del día.  

Como todos los habitantes de El Alto, salí un domingo dispuesto a conocer la Feria de la cual escuché hablar desde que me establecí en Ciudad Satélite. Tomé un minibús hasta La Ceja y me bajé cerca de la carretera de la Autopista, crucé la Avenida 6 de Marzo por una pasarela que, de tanto soportar el peso de los peatones, daba la sensación de que se tambaleaba como una mecedora.

Llegar hasta la Zona 16 de Julio no fue nada fácil, tuve que avanzar abriéndome paso, casi a codazos, entre la gente que abarrotaba las calles, cargando bultos como una caravana de hormigas que iban y venían en un trajinar incesante.

En una de las calles, donde el comercio daba la sensación de ser un caldero en ebullición y los vendedores actores de un teatro de variedades, me topé con la tienda de un artesano hojalatero, en cuyas vitrinas estaban expuestas una variedad de máscaras que lucen las fraternidades folklóricas en la fastuosa Entrada del Gran Poder y la Entrada de la 16 de Julio, que se realiza cada 15 de julio, en honor a la Virgen del Carmen.

Mi curiosidad fue tan grande que, como encandilado por una luz extraña, me detuve para observar de cerca la impresionante máscara de un Achachi Moreno, que pendía de la pared a manera de muestra. Y, claro está, no dudé en entrar en la tienda para preguntar el precio de ese objeto que atrapó mi interés por su elegancia y colorido.

El dueño me atendió con amabilidad, proporcionándome el precio de varios de los objetos expuestos en las vitrinas. Al final, sólo motivado por la curiosidad, le pregunté si acaso era él quien hacía las máscaras.

–Sí –contestó.

–¡Ah! ¡Qué maravilla! –exclamé, enseñándole una alegría espontánea. Luego me atreví a preguntarle si me lo podría hacer, con el mismo material que usaba para las máscaras, la estatuilla de un Tío de la mina.

Miró la máscara del Achachi Moreno y dijo:

–Es posible. Sólo que ahora no tengo mucho tiempo, estoy con unos trabajitos que me encargaron los morenos de la Señorial. Sin embargo, en un par de semanas podría tenerlo listo.

–¡Perfecto! –acepté. Luego añadí–: No hay apuros, pero quiero estar seguro de que me lo harás. Así que te dejaré un adelanto. ¿Qué te parece?

–No hay problemas –repuso.

Recibió el billete de cincuenta bolivianos y se lo metió en el bolsillo de su chamarra salpicada de pinturas y ácidos.

–Entonces volveré en un par de semanas –dije, estrechándole la mano a tiempo de despedirme.

Él esbozó una ligera sonrisa, dio media vuelta y desapareció detrás de la puerta de su taller.

“Por fin tendré un Tío de hojalata”, me dije para mis adentros, desandando por las mismas calles y avenidas atestadas de comerciantes minoristas, automóviles y peatones.

Cuando volví a la tienda, dos semanas después, la estatuilla estaba todavía a medio camino. El hojalatero me hizo pasar a su taller para enseñarme su obra de arte, como un niño pícaro queriendo compartir su juguete prohibido con otro niño.

–Te falta muy poco para terminar –le dije, con la mirada puesta en la estatuilla que estaba sobre una mesa de trabajo, al lado de un soldador de pistola.

–Así es –contestó–, sólo falta ponerle su último detalle a este Tío travieso.

Efectivamente, le faltaba su falo tan grueso como su brazo; uno de los atributos característicos de este ser mitológico, guardián de las riquezas minerales en las entrañas de la Pachamama.

–Sólo falta que le pongas su enorme animal entre las piernas –le insinué entre chiste y chiste.

–Sí, pues –corroboró, como siguiéndome la onda–. Es tan largo y grueso que a cualquiera le da miedo.

–Es increíble cómo has sido capaz de hacer esta estatuilla –le comenté, mientras miraba sus ojos lacrimosos por el thinner y enrojecidos por el ácido muriático.

Todo esto forma parte de mi oficio. Corté la lámina de hojalata con tijeras, arrancando las formas y los tamaños que precisaba para darle forma a la cabeza, el cuerpo y las extremidades. Después el trabajo se hizo con la ayuda del compás tijera, la escuadra, los mazos, el soldador, la trancha, el yunque, la bigornia y el torno universal.

Me quedé asombrado ante su erudición, pues, como toda persona ajena a estos menesteres, pensaba que este oficio antiguo sólo servía para hacer utensilios de cocina y juguetes para niños, pero caí en la cuenta de que estaba completamente equivocado.

El oficio del hojalatero, si bien es de carácter artesanal, requiere extrema habilidad, precisión milimétrica y conocimientos; virtudes que se consiguen tras años de aprendizaje y práctica cotidiana. Con el maestro artesano aprendí que cortar la hojalata no es lo mismo que cortar una hoja de papel, pues el simple hecho de cortar, plegar, soldar y moldear finísimas láminas de hojalata con golpes exactos de mazo, es un proceso en el que se conjugan la firmeza y la exactitud del gesto manual.

Al cabo de una lección clara y concisa, me retiré del taller y avancé hasta la puerta principal, seguido por el hojalatero, quien parecía arrear con su cuerpo todo el aire de la tienda.

–Entonces volveré la próxima semana –le dije, estrechándole su mano ruda, callosa y teñida por el color negro de las finas partículas de hojalata.

Me alejé del lugar, sin dejar de imaginarme cómo sería el resultado final de la estatuilla. Tampoco podía dejar de pensar en el hojalatero, quien me confesó que desde niño aprendió este oficio en el taller de un pariente suyo. Por su forma de hablar, con los dejos propios del idioma aymara, daba la impresión de que ni siquiera terminó la escuela, pero que los años de trabajo esforzado le dieron una experiencia que no se adquiere en los libros ni en las instituciones académicas.

No cabía duda de que era un gran maestro en su oficio, con conocimientos empíricos en el manejo de la geometría y el dibujo técnico, que le permitían fabricar un sinnúmero de objetos a pedido de los miembros de las fraternidades folklóricas no sólo de La Paz, sino también de otras ciudades del interior; más todavía, me contó incluso que uno que otro turista le encargaba en exclusiva un trabajito para llevárselo a su país en calidad de souvenir.

Transcurrieron los días y, como estaba previsto, volví al taller para recoger la estatuilla del Tío, hecha de hojalata por un maestro artesano dotado de una imaginación prodigiosa y unas manos que adquirieron la destreza de moldear la hojalata con precisión de joyero.  


El Tío, con el rostro decorado con colores vivos, ojos saltones, nariz encorvada, barbilla mefistofélica y un rechoncho sapo entre sus cuernos, era una pieza digna de ser exhibida en un museo de arte.

–¡Es una maravilla! ¡Una verdadera maravilla! –le comenté, sin dejar de escrutar la estatuilla por todos sus costados.

El hojalatero no dijo nada, se limitó a sonreír y a bajar la mirada. Al fin y al cabo, el encargo estaba cumplido y el trabajo acabado.

–Aquí lo tienes –dijo, entregándomelo en las manos–, listo para ch´allarle cuando quieras.

No quedaba más que pagar por los servicios. La estatuilla se cotizó, como es lógico, en función al material y el tiempo empleado por el hojalatero, quien no admitió regateo alguno, consciente del valor que tenían sus trabajos hechos a pulso y sudor.

El precio fue lo de menos, lo importante es que este Tío, en el que el hojalatero puso todo su empeño y fantasía, como quien crea nuevos objetos, ricos en detalles atractivos que despiertan la súbita fascinación de los curiosos, estaba hecho con un material que resistiría al tiempo y la corrosión, y, como si fuera poco, llevaba la impronta de un taller de artesanías de hojalata de la Zona 16 de Julio de la ciudad de El alto.